SOMOS DOSCIENTOS MIL

LA AUDITORÍA DEFINITIVA

Es imprescindible conocer qué ha venido ocurriendo en Jerez

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Para que no haya duda alguna respecto a la solvencia de este columnista, al final de las presentes líneas les transcribiré, a modo de resumen, una frase que pertenece a don Enrique Múgica que, por si a alguien le falla la memoria con respecto a su currículo, simplemente bastará con recordarle que es un abogado y miembro histórico del PSOE, partido desde el que accedió a diversos cargos públicos tales como Ministro de Justicia (1988-1991), Diputado (1997-2000) o Defensor del Pueblo de España (2000-2010) cargo para el que curiosamente fue designado siendo José María Aznar presidente del país, fruto de algo que echo mucho de menos en la actualidad y que no es otra cosa más que el necesario consenso entre las dos grandes formaciones políticas españolas.

Así que, desvelada la fuente de la que hoy se nutre el firmante, quiero hacerme participe de la necesidad de que nuestro ayuntamiento se someta de una vez y por todas a una auditoría, refrendando de este modo el anuncio efectuado por la regidora de la ciudad, doña María José García-Pelayo. Es imprescindible conocer qué ha venido ocurriendo en Jerez para que la situación de las arcas municipales sea tan dantesca, pues cada mañana cuando leo LA VOZ, un escalofrío me recorre el espinazo. Un día son cientos de trabajadores protestando por el impago de sus nóminas; otro día es el dato de que Jerez está mucho peor que en bancarrota; otro me sobresalto al conocer que nuestro principal atractivo deportivo (el circuito de velocidad) ha entrado en concurso de acreedores que podría finalizar con su disolución; ayer sábado, sin ir más lejos, la portada estaba dedicada al anuncio efectuado por la alcaldesa de llevar a los anteriores dirigentes a la fiscalía por el presunto desvió hacia otros fines de los fondos estatales del denominado plan E.

Por todo ello la auditoría no sólo es necesaria sino que, además, se antoja como imprescindible y urgente. Sin embargo, en lo que no puedo estar conforme, es en la solicitud que se ha efectuado desde las filas socialistas para que dicha auditoría se remonte a 1995, con Pacheco en el poder. Comprenderán que ello suena a un intento desesperado por evitar que la posible mierda que exista en las alcantarillas de la ciudad tenga como único destinatario a los gobiernos de la señora Sánchez, pues la pregunta se hace más que evidente, ¿por qué doña Pilar en sus 6 años de mandato no ordenó auditoría alguna?

Si les digo la verdad, no lo sé, porque decírselo mira que se lo dijimos muchas veces. Repasando mi personal hemeroteca (es decir el archivo donde conservo las más de 260 columnas semanales que desde 2006 escribo en La Voz), compruebo que hasta en tres ocasiones (4 de septiembre y 16 de octubre de 2007, y 29 de julio de 2008), le pedí a la entonces alcaldesa que auditara, de un lado, la Gerencia Municipal de Urbanismo, por aquello de desvelar qué podía haberse cocinado en dicha sociedad tras tantísimos años de mandato de Pacheco y, de otro, que auditara también el propio Ayuntamiento. Me basta recordar declaraciones explosivas que por entonces realizaba doña Pilar cuando, por ejemplo, a raíz de las inundaciones que Jerez sufrió los primeros días de septiembre de 2007 y ante la airada protesta de los vecinos, la alcaldesa se limitó a contestar que era una herencia que se habían encontrado. Herencia maldita que ha sido muletilla recurrente de doña Pilar cada vez que tropezaba con algún problema. Incluso en una entrevista concedida a este periódico, la anterior regidora llegó a afirmar que en los cajones de la Gerencia de Urbanismo había encontrado papeles más que suficientes para poner a alguien entre rejas, fundamentalmente en temas de contratación. Al final resulta que la única que actualmente se halla en la situación jurídica de imputada es la propia doña Pilar.

Así que, sentado todo ello, es fundamental auditar el ayuntamiento y hacerlo con respecto al trabajo desarrollado por el anterior equipo municipal. De los gobiernos precedentes, doña Pilar se hizo cómplice con su silencio pues, y aquí viene la frase, como dijo don Enrique Múgica: «La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos»...