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ESPAÑA

La segunda vuelta de las autonómicas

El PP, que convirtió el 22-M en un plebiscito sobre Zapatero, enfoca las generales como la confirmación del «clamor por el cambio»

A. MONTILLA
MADRID.Actualizado:

Elecciones, elecciones y elecciones. Nadie en el PP piensa en otra cosa, pesa a que aún no hay convocatoria oficial ni garantía absoluta del adelanto de las generales, previstas para marzo. Mariano Rajoy, convencido de que José Luis Rodríguez Zapatero llamará a las urnas a finales de octubre o mediados de noviembre, ha ordenado ultimar el esqueleto del programa electoral y los puestos claves en las candidaturas de todas las circunscripciones para septiembre.

Una tarea que ha encomendado a Ana Mato y al mismo equipo que guió a la formación al histórico triunfo del 22 de mayo. La presión, pese al favorable viento que indican las encuestas, es grande para Rajoy. O a la tercera va la vencida o solo quedará el adiós y a casa. Nadie en el partido baraja la posibilidad de que el político gallego opte a una cuarta candidatura si pierde otra vez.

El PP planteó las pasadas elecciones autonómicas y locales como un plebiscito sobre Zapatero. Sometió las reflexiones de presidentes autonómicos y alcaldes municipales a un mensaje unitario: Rodríguez Zapatero llevó a España a la actual coyuntura económica y el PSOE no estaba capacitado para sacar al país del pozo.

Una jugada arriesgada que, a tenor de los resultados, logró un éxito que supero las propias expectativas populares. Un triunfo que Rajoy bautizó como «la antesala del cambio». Esta palabra, una veterana de las contiendas proselitistas, volverá a ser el eje del discurso del PP de cara a las presidenciales. El comité de campaña propone encarar el nuevo reto como «la segunda vuelta del 22-M», es decir, confirmar en las urnas «el clamor por el cambio político» que quedó patente en las autonómicas.

Uno de los primeros pasos ha sido crear una página web para que los ciudadanos puedan participar en la confección del programa electoral. El nombre es más que significativo: www.yocambiaría.es ¿Un guiño al movimiento del 15M? Baudilio Tomé, coordinador de programas del PP, considera que no. «Se trata un buzón, una ventana abierta a todos los colectivos con la que pretendemos establecer un diálogo permanente con los electores», apostilló.

Ya se conoce que el andamiaje de la apuesta d Rajoy se sujetará sobre seis arbotantes: creación de empleo, reforma del sector público, fortalecimiento institucional y la regeneración política, la garantía de la sociedad del bienestar y la proyección exterior de nuestro país. Quien espere un aluvión de promesas detalladas en el esquema del PP se llevará una decepción. El bosquejo popular mostrará objetivos y premisas para lograrlos. No habrá conejos saliendo de chisteras ni iniciativas estrellas. Se trazará un plan para cuatro años que huya de las «improvisaciones» para generar confianza.

Rubalcaba

Pese a que Rajoy no se ha referido ni una sola vez a Alfredo Pérez Rubalcaba desde que el PSOE lo designó en junio como candidato oficial, sus colaboradores llevan semanas repartiendo estopa. La renuncia de Francisco Camps, lejos de acomplejar a los populares, ha tenido un efecto revitalizador. El PP usa ya como arma contra el PSOE el adiós del expresidente valenciano. Piden, incluso, que el aspirante socialista dé una «chupadita» a la misma «amarga medicina» que ha tomado Camps. Rubalcaba no está imputado en ningún sumario, pero le atribuyen la responsabilidad política de los tres procesados en el caso del supuesto chivatazo a ETA.

Conscientes de que Rubalcaba no dimitirá ni mucho menos por la presión del chivatazo a ETA, los populares elaboran argumentarios en los que se pone el acento en la «falta de credibilidad» que pueda tener cualquier promesa de Rubalcaba. ¿El motivo? El candidato del PSOE ha estado seis años en el Ejecutivo junto a Zapatero sin poner en práctica las ideas que ahora dice querer poner en práctica. Idean lemas como el «vicepresidente del paro», en un intento de responsabilizar al ahora candidato socialista de la alta tasa de desempleados, el principal problema de España.