La arena no vuelve por vacaciones
Aumentan las quejas de bañistas por el mal estado de playas como Roche, Fuentebravía o La Casería
EL PUERTO | CONILActualizado:«Es una vergüenza que un entorno como este haya esta falta de servicios». María Valbuena lleva años bañándose en las calas de Roche. Su opinión sobre los numerosos desperfectos en pasarelas, accesos, servicios o falta de limpieza es la misma que la de otros cientos de usuarios de esta franja del litoral gaditano, que ve cómo ni Costas ni los Ayuntamientos con competencias han logrado arreglar los desperfectos sufridos en los últimos años por culpa de los temporales.
La falta de financiación tiene mucho que ver en ello. Pese a los diez millones de euros invertidos por Costas en los dos últimos años en regenerar algunas playas y en proveerlas de equipamientos, aún hay tarea pendiente. Temporales, hordas de turistas incívicos, y cómo no, la propia mano del hombre y su construcción desaforada durante décadas, pasan factura a los más de 260 kilómetros de litoral que tiene la provincia. En los últimos meses las quejas de los usuarios y bañistas se centran en algunos puntos concretos, como las mencionadas calas de Roche, con numerosos desperfectos en los accesos y una limpieza insuficiente; La Casería, con una arena de pésima calidad y una nueva bandera negra otorgada este año por Ecologistas en Acción debido al elevado impacto urbanístico que sufre; o Fuentebravía.
En este último caso, ni siquiera los casi 2,5 millones de euros invertidos en las dos últimas décadas en labores de relleno de arena han solventado la situación. «Aquí es imposible bañarse con tranquilidad», explica Juan Antonio Romero. Y es que esta playa portuense sufre un cambio en la dinámica de su litoral que ha sido estudiado por la Universidad de Cantabria. Esta ha determinado que la solución definitiva más ventajosa pasa por construir un espigón de 250 metros en Punta Bermeja, y realizar una aportación final de 106.000 metros cúbicos de arena.
Todos coinciden: «La playa este año no es la playa que yo conocía antes», lamenta Antonio Carbia, portuense acostumbrado a la calidad de un arenal sobre el que pesa la amenaza cercana de los puertos de Rota y Puerto Sherry y que este año ha perdido un metro de altura. «Hay menos arena, y deberían mejorar más los accesos, porque para las personas mayores es muy difícil». Pilar Bestilleido, gallega de 76 años, también ha vivido en primera persona la decadencia de esta playa. Se trata, sin duda, de uno de los casos más preocupantes del litoral gaditano, que tuvo que soportar la destrucción de los temporales de lluvia y viento de poniente durante semanas el pasado invierno, con numerosos desperfectos y cambio de fisonomía de los arenales.
El esfuerzo de aportación de arena también llegó de forma desigual a La Barrosa, Camposoto o La Victoria. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, a través de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, acometió a finales del pasado año unas obras de regeneración que supusieron la aportación de 187.500 metros cúbicos de arena procedente de la zona conocida como el Placer de Meca, más concretamente de una duna submarina de esa zona.
Esas actuaciones tuvieron su continuidad en otros puntos de la provincia, caso de Conil, El Puerto, Rota o Chipiona, pero no contentaron a todos. Sebastián García León, Jefe de Sección de Actuación Administrativa de Costas, reconocía hace unos días a este periódico que el esfuerzo económico y de medios «es enorme, dado el elevado coste que tienen estas operaciones de regeneración de arena y dunas». Pero podría no ser suficiente. Con cargo al plan bianual 2010-2011 de actuaciones, Medio Ambiente gastará este año en la provincia casi seis millones de euros, 3,4 de los cuales sirven para el desarenado, perfilado y conservación de las playas de Sanlúcar a Barbate.
Mantenimiento
En Bajo de Guía, La Ballena, la Tres Piedras o Los Lances en Tarifa se aprovechan las horas de menor afluencia de turistas para efectuar labores de transporte de arena acumulada y realizar un trasvase transversal de sedimentos que palie el efecto de dispersión que provoca el viento, y, por tanto, la pérdida de arena para sus usuarios. Así, y aunque la administración central se muestra siempre poco receptiva a realizar aportes nada más producirse los daños, «ya que los temporales pueden repetirse y anular el trabajo realizado», la regeneración es tarea imprescindible. Pero no solo los problemas de arena traen de cabeza a los bañistas gaditanos. En algunos puntos del litoral todavía no se han reparado los daños sufridos meses atrás en pasarelas y escaleras de acceso, mobiliario o servicios, que dependen de los respectivos municipios. Algunas bajadas de Loma del Puerco, Zahora y Caños de Meca siguen con los desperfectos que provocaron los temporales; «es peligroso acceder a la playa por ahí», aseguran Mónica Cabrera y Roland Michael, dos turistas acostumbrados a buscar los lugares más recónditos y bellos de la provincia para darse un baño.
A punto de llegar agosto Costas reitera que la asignación presupuestaria es corta, y que no podrá afrontar todos los problemas. Ello pone en riesgo el principal motor económico y de creación de empleo que tiene esta provincia, el turismo, que depende mayoritariamente del buen estado de las playas.