José María Ruiz-Mateos, en una rueda de prensa del pasado mes de junio. :: VICTOR LERENA / EFE
LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Carta abierta a José María Ruiz-Mateos

Un gran número de inversores jerezanos en Nueva Rumasa padecen con incertidumbre por sus ahorros

JEREZ Actualizado: Guardar
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Sr. Don José María Ruiz Mateos: ésta Voz de la Conciencia tiene por norma desde que inició su andadura hace tres años, publicar aquellos aconteceres, noticias y devenires de la vida pública jerezana, que por su relevancia o entidad creemos deben de ser divulgados ya que forman parte de la fisiología de nuestra ciudad, su estado de salud, bienestar...

Dentro de unos días van a hacer seis meses que las empresas de la Nueva Rumasa presentaron suspensión de pagos, entrando en concurso de acreedores, sumiendo al gran número de inversores jerezanos en una de las mayores debacles económicas conocidas en nuestra ciudad; afectando a un variado tipo de personas que habían puesto sus ahorros a su disposición: empresarios, profesionales libres, trabajadores, jubilados, pensionistas, personas que con denodado esfuerzo habían conseguido a lo largo de sus vidas generar unos ahorros.

Ante la desagradable situación en la que se ven abocados, ésta Voz de la Conciencia quiere hacerse eco de la incertidumbre que padecen, especialmente debida a la falta de información, ya que desde que se dio a conocer la dimensión de la noticia, no reciben ningún tipo de comunicación que verdaderamente atenúe o sirva de lenitivo al sufrimiento que soportan, pues casi todos ellos han puesto en sus empresas la mayoría de los ahorros. En la actualidad, no sólo no reciben los beneficios estipulados y que periódicamente obtenían por los depósitos, sino que temen perder sus imposiciones debido al silencio sepulcral al que los tiene sometido vuestra compañía, provocando con ello síndromes que van desde la impotencia, la angustia y la depresión; hasta los que expresan estar dispuestos a tomar la justicia por su mano y hacer cualquier tipo de locura.

Convendrá usted conmigo, que éste ostracismo no beneficia a nadie y que es usted solamente el que tiene el poder de aliviar el dolor, mitigar la incertidumbre y calmar los ánimos. Esto es, por supuesto, con argumentos veraces, los que con su congruencia y peso, fortalezcan vuestra credibilidad, alimenten sus expectativas y recobren la confianza.

Confianza

A lo largo del tiempo habrá podido comprobar cómo los inversores y sobre todo los jerezanos, lo han hecho por la confianza que siempre le había despertado. No creo que ninguno de ellos hubieran invertido un céntimo en empresas nacionales ni extranjeras aunque sus réditos fueran superiores a los suyos; lo hacían, porque a ningún jerezano se le olvida que tras la expropiación de la antigua Rumasa, cumplió su palabra y les devolvió hasta la última peseta. Ahora es su honestidad y honra las que están en juego. Como le digo, los inversores jerezanos que en su día confiaron en usted necesitan oírle, saber que está ahí, buscando soluciones, tratando de hallar el modo de poder restituirles lo que es suyo y que en su momento le prestaron para ayudarlo a comprar las empresas que como empresario de fuste consideraba comercialmente interesantes para potenciar y hacer grande la Nueva Rumasa.

No obstante y como bien sabe, en Jerez también hay quien se ha alegrado de lo que le ha ocurrido; especialmente los que siempre le han envidiado, no digamos aquellos cuyos nombres rotuló con mayúsculas frente a la Venta del Porvenir, en aquella tapia que la sorna del pueblo dio a llamar: el Valle de los Caídos... Seguramente sabrá que muchos de ellos son inversores de la Nueva Rumasa, por lo que también requieren explicaciones. Por lo demás, creo que hace muy bien en continuar como el barco rompehielos que es, abriendo una nueva brecha en la actual inmensidad congelada, esa que atrapa y aprisiona a las empresas haciendo astillas su obra muerta, llevándolas a pique sin remisión. Hasta ahora, parece que con su doble casco permanece a flote y eso a pesar de las andanadas que le han lanzado a la línea de flotación: las oficinas continúan abiertas y vigiladas, los encargados de éstas al frente atendiendo a todos los inversores para posteriormente transmitirle todos los problemas que les acontecen, debido a lo cual, siempre está al corriente de las cuitas y sinsabores de sus inversores.

No creo que haya nadie en España que conozca la situación de estas personas mejor que usted; por la sencilla razón, de que antes que ellos las sufrieran, usted las padeció elevadas a la décima potencia, pero con una única salvedad: usted tenía recursos sobrados para salir adelante y ahora, muchos de sus damnificados no tienen ni para comer, porque se lo han dado todo. Conocedor como es de las situaciones tan extremas que estas personas están viviendo, no creo que quiera para nadie el dolor que en su día sufrió, ni las duras experiencias sentidas, trasladarlas a carnes ajenas e inocentes.

Sufrimiento

Por ello, esta Voz de la Conciencia, haciéndose eco del sentir mayoritario de los inversores jerezanos, le conmina a que les mantenga informados periódicamente; si no lo hace directamente, podría llevarlo a cabo a través de algunos de sus hijos, los que con su presencia y argumentaciones ayudarán a mitigar la incertidumbre y la desolación que padecen. Si por falta de experiencia no se atrevieran a ponerse frente a tantas personas como os están esperando, podría utilizar medios de información como éste. Tampoco creo que fuera muy oneroso ni que entrañara mucha dificultad, hacerlo a través de Internet, abriendo una página web con la cual se mantuviera informado a los miles de inversores; pero eso sí, con textos y datos fidedignos, en los que se expusieran los recursos con los que contáis y estáis barajando a fin de poder darle solución a los muchos y acuciantes problemas que en la actualidad os embargan. Pero no olvidéis que si los vuestros son acuciantes, los de estas familias son doblemente perentorios.

Estamos seguros de que tarde o temprano hallaréis soluciones con las que poder ir paliando los angustiosos momentos económicos por los que atraviesan todas estas buenas personas, la mayoría conocidos suyos, ya que una buena parte pertenecen a su familia, otro gran porcentaje son fieles trabajadores de vuestras empresas, así como amigos y allegados. Como habrá comprobado, por lo general son gente educada y paciente que cultiva la discreción, pues como dijo el sabio: en tiempos de tribulaciones, no hacer mudanzas.