Mariano Rajoy, tras visitar ayer la Diputación y el Ayuntamiento de Granada. :: ALFREDO AGUILAR
ESPAÑA

Rajoy ensalza a Camps y garantiza que el expresidente tiene futuro en la política

El Gobierno reta al líder del PP a que explique por qué le pidió que se inculpara por los trajes si tan convencido está de que es inocente

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy, tras varios días de esquivar a los medios de comunicación, rompió ayer su silencio sobre el procesamiento y dimisión de Francisco Camps, y lo hizo para alabar la decisión del expresidente de la Generalitat valenciana porque pone de manifiesto su «grandeza». Es más, el líder de la oposición hizo un guiño a su gobernante caído y garantizó que tiene «futuro» tanto en la política como en la empresa privada, «o donde quiera». Lo que no dijo es si ese porvenir sería igual de halagüeño en la actividad política si es condenado en el juicio por los trajes regalados por la trama 'Gürtel'.

Aliviado por la renuncia, Rajoy se deshizo en elogios hacia Camps, al que en absoluto dio por muerto para la política en el futuro. Lo que vaya a hacer Camps con su trayectoria política es una incógnita. En el PP, por ahora, prefieren dejar manos libres al expresidente hasta que se celebre el juicio por cohecho. Los socialistas valencianos, en cambio, exigen que deje su escaño en las Cortes autonómicas y se vaya a casa.

Rajoy, a la luz de sus palabras, no cree que sea un cadáver político y si después del juicio quiere volver al primer plano de la actividad pública tendrá su beneplácito. Otros dirigentes del PP, en cambio, están convencidos de que no habrá segundas partes. Por un lado, porque tiene muchas posibilidades de ser condenado una vez que dos de los imputados junto a él y por los mismos cargos ya han asumido su culpabilidad. Por otro, porque, según fuentes del entorno del exgobernante está «harto y desengañado».

El líder de la oposición, sin embargo, solo tuvo buenas palabras para Camps. «Cuando hay que tomar decisiones difíciles es cuando hay que dar la talla, es donde se conoce a la gente, y ahí es donde hemos conocido a Francisco Camps», afirmó Mariano Rajoy tras visitar la Diputación y Ayuntamiento de Granada. Consideró que la dimisión tuvo que ser «una decisión difícil», pero el expresidente valenciano «estuvo a la altura de las circunstancias» y escogió la puerta de salida con la mente puesta no en su beneficio personal, sino en el de «su tierra y su partido».

Rajoy contrapuso esta generosidad de Camps con la actuación del PSOE en los casos del chivatazo a ETA y los ERE irregulares de Andalucía. Pero a diferencia de otros dirigentes del PP, no reclamó la dimisión de nadie ni que Alfredo Pérez Rubalcaba renuncie a la candidatura socialista, se limitó a pedir «explicaciones».

Las palabras del líder de la oposición fueron contestadas desde el palacio de la Moncloa. El portavoz del Gobierno, José Blanco, urgió a Rajoy a dar una explicación sobre las razones que tuvo para «exigir» a Camps que asumiera su culpabilidad en el caso de los trajes, una exigencia que, según el ministro, puso en evidencia que sabía que «era culpable» de cohecho por haber aceptado los regalos de la trama 'Gürtel'.

Salida más airosa

La dirección del PP una vez conocido el auto de procesamiento de Camps y de sus colaboradores Ricardo Costa, Víctor Campos, y Rafael Betoret resolvió que la salida más airosa era que los cuatro aceptaran las acusaciones de la Fiscalía, pagaran la multa por ello y así impedirían la celebración del juicio en otoño. Para entonces, según los cálculos del partido opositor, ya estarán convocadas las elecciones generales y un proceso judicial por corrupción en plena campaña sería un lastre para Rajoy.

Campos y Betoret siguieron los dictados de la dirección del partido, no así Camps y Costa pese a que en un primer momento y merced a las presiones del propio Rajoy, Dolores de Cospedal, Federico Trillo y Ana Mato también se mostraron dispuestos a seguir esos pasos. El exgobernante autonómico, sin embargo, se echó atrás en el último momento y decidió dimitir y afrontar el juicio. Costa, con poca confianza en Camps, había exigido que el presidente de la Generalitat se autoinculpara antes o a la vez que él, y como no lo hizo tampoco asumió sus culpas.

El portavoz gubernamental señaló que el presidente del PP tiene que asumir «alguna responsabilidad» porque si trató de forzar esa solución era porque tenía «razones fundadas» de que eran culpables pues de no ser así sería «desproporcionado» obligar a alguien a reconocerse culpable de algo que no ha hecho. Blanco señaló además que los populares vulneraron el principio de presunción de inocencia cuando trataron de «obligar» a Camps que «fuera a un juzgado a declararse culpable». Todo ello, remachó, es «una estrategia a la desesperada» por la que Rajoy tiene que dar «explicaciones», máxime cuando poco antes había ratificado la candidatura del ahora dimitido para las elecciones del 22 de mayo.