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Cecilia del Águila descansa un momento en el sofá donde está durmiendo antes de regresar a la acampada de protesta de la plantilla. :: E. P.
LOS IMPAGOS A LAS CONCESIONARIAS

«No tengo dinero ni para el pan»

En la plantilla de Acasa hay empleadas que necesitan ya ayuda para comerLos constantes retrasos en el cobro de las nóminas provocan situaciones límite en muchas familias de trabajadoras

VIRGINIA MONTERO vmontero@lavozdigital.es
JEREZ.Actualizado:

Un suspiro sale de los labios de Cecilia del Águila cada vez que comprueba que aún no ha recibido la nómina del mes pasado ni la paga extra de verano. Esta trabajadora del servicio de ayuda a domicilio, con dos hijos de 18 y 13 años, duerme en el sofá de casa de unos amigos después de haber tenido que marcharse de su piso de alquiler por no poder pagarlo. Su contrato no es fijo y tampoco a tiempo completo por lo que el sueldo apenas llega a los 600 euros mensuales. «La primera noche de acampada frente al Ayuntamiento me puse malísima. Ni siquiera tengo dinero para el pan y la presión pudo conmigo. Mis compañeras tuvieron que llevarme a casa», contó sentada mirando fijamente la puerta del Consistorio.

Asegura estar «sacando fuerzas de donde no las hay» y agradece especialmente el respaldo que recibe de otras trabajadoras y de amigos ante la ausencia de su familia en España. «Soy de Perú y llevo cinco años aquí. Esto no me había pasado antes en ningún trabajo y si lo llego a saber no me traigo a mis hijos. Allí no les faltaría un techo y un plato de comida con mis padres y hermanos», lamentó. Su preocupación, como le ocurre a todas las madres, es más por sus hijos que por ella misma: «Si esta situación la sufriera yo sola...», dice en voz baja. Su desesperación está llegando a tales extremos que se ha planteado renunciar a su puesto de trabajo para irse interna aunque perder la prestación del desempleo la ha frenado hasta ahora. «Voy a estar aquí hasta que cobremos todas», insistió.

Cecilia tiene ahora la opción de entrar en otro piso pero ni siquiera dispone de cocina. Para esta madre lo más urgente es ofrecerle a sus hijos un techo bajo el que dormir: «Lo que más deseo es tener un piso, aunque me tenga que comer las uñas, ya pediré ayuda», insistió. Acceder a una vivienda de Emuvijesa es su sueño en estos momentos «para vivir en condiciones», apuntó entre más suspiros.

La empleada pasa los últimos días del Ayuntamiento al trabajo y del trabajo a la puerta de Ayuntamiento tras darse una ducha rápida y echarse algo al estómago. «Tengo hambre, sueño y de todo», dijo. Con su sueldo, Cecilia podía ir pagando su alquiler y otras facturas aunque tenía que recurrir a la cuenta de un supermercado para la alimentación. Pero ya ha alcanzado el tope y se le ha cerrado otra puerta más.

Cecilia incluso ha acudido a su parroquia pero «me dijeron que estaban desbordados y que yo sí tenía un trabajo», contó.

Siguen sin cobrar

La otra plantilla en conflicto, Limasa (limpieza de dependencias municipales y colegios) certificó ayer el cobro de la paga extra, que no se había producido el día anterior como les habían prometido. Pero sus compañeras del servicio de ayuda a domicilio (Acasa) seguían ayer sin recibir un solo euro ni de la nómina de junio ni tampoco de la paga de verano.

Ya por la tarde, María José García-Pelayo informó personalmente a la presidenta del comité, Encarni Barrios, de que «se va a hacer un ingreso a la empresa» pero no le indicó de qué cantidad se trataba y si cubriría toda la deuda. Ese dinero procede de las operaciones iniciadas por el Ayuntamiento con la Diputación de Cádiz. Así, las trabajadoras de Acasa han pasado una noche más durmiendo a las puertas del Ayuntamiento a la espera de que se produzca el anunciado ingreso bancario.

Desde el sindicato CC OO apuntaron que «si no cobran mañana -por hoy viernes- el lunes se endurecerán las protestas».