Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
HISTORIA TRÁGICA EN CHINA

Wang, el niño de la máscara perpetua

El pequeño intenta sobrevivir al calvario de las cicatrices que le dejó una caída a un montón de paja ardiendo hace cinco años

REDACCIÓN
MADRIDActualizado:

La terrible historia del pequeño Wang comenzó hace cinco años, cuando cayó sobre un montón de paja ardiendo. Ahí dio inicio un calvario que los médicos no creen que vaya a tener fin, al menos a corto plazo, si es que consiguen que sobreviva. Para evitar que sus cicatrices, en las manos y en la cara, se infecten y acaben asfixiándole tiene que vivir siempre con esta máscara en su rostro.

Un tumor oprime su tráquea y aunque le operaron hace unos meses para que pudiera respirar ha vuelto a reproducirse. El padre de Wang creyó que en Beijing podrían ir practicando injertos pero de momento se ha descartado la intervención ante la gravedad que presenta. Su madre no se cansa de agradecer la solidaridad de algunas personas que han pagado una máquina especial para que ayude a ventilar la respiración nocturna del niño y no se ahogue. Wang, cada día, soporta estoico el dolor de los masajes imprescindibles para que las cicatrices no empeoren. Mientras, como cualquier otro niño, intenta divertirse y olvidar que ya apenas tiene rostro.