El Parlamento italiano permite por sorpresa el arresto de un diputado

Ayer fue un día increíble en el Parlamento italiano, que por primera vez desde 1984 autorizó el arresto de un diputado, Alfonso Papa, acusado de corrupción en el caso de la red de favores P-4 y que además es del partido de Berlusconi. Es un acontecimiento porque supone un cambio de hábitos políticos, quizá de época, derriba un pilar del 'berlusconismo', la defensa a ultranza de la acción de la Justicia, pero sobre todo porque fue decisivo el voto de la Liga Norte, aliado del magnate.

Es el signo más claro de ruptura desde que hace un año amenaza con irse. Berlusconi no se lo esperaba porque el voto fue secreto, algo que favorece las componendas, pero en la Liga hasta se fotografiaron con el móvil votando 'sí', por si había dudas. 'Il Cavaliere' se quedó helado y dio un puñetazo. Se hizo el silencio, ante la conciencia de que había caído un tabú. Algunos lloraron.

El Gobierno perdió su mayoría por 26 votos y está al borde del colapso. Tal vez solo sea un gesto puntual de la Liga para marcar distancias, pero se ha roto el histórico blindaje de la política: solo se han autorizado cuatro arrestos desde la posguerra. Señal inédita de hartazgo. Aunque para equilibrar las emociones, otro diputado acusado de corrupción, Alberto Tedesco, del PD, principal partido de la oposición, se salvó al negarse el arresto. Fue gracias a la formación de Berlusconi, como muestra de coherencia, pero el voto fue secreto y se sospecha que parte del PD votó igual. La sesión acabó en pelea.

Silvio Berlusconi calificó de «vergüenza» ante algunos miembros de su partido lo sucedido en la cámara baja.