Rafa Caballero: «Antonio Bohórquez motivó mi retirada del fútbol»

Molesto, muy molesto con las últimas declaraciones del presidente blanquiverde Antonio Bohórquez. Así se mostraba ayer Rafa Caballero, uno de los futbolistas implicados en el asunto de las deudas que pueden provocar el descenso del Puerto Real a Primera Andaluza. Sin ir más lejos, el que fuese lateral izquierdo del club del Sancho Dávila asegura: «Los recientes comentarios de Bohórquez en los medios de comunicación han colmado mi paciencia y la de muchos de mis compañeros. Yo podía seguir jugando un par de años más al fútbol, pero me retiró él con sus incumplimientos. No cumplió nunca lo prometido y las deudas me comían, por eso no pude seguir».

El exzaguero, natural de la localidad gaditana de Alcalá del Valle, tuvo que abandonar el fútbol el pasado mes de marzo, ya que estuvo cinco meses sin percibir su salario en el Algeciras, su último club antes de la retirada. «Tengo 34 años y mi ilusión era seguir jugando al fútbol, pero personas como Bohórquez me machacaron y tiraron por tierra mis ilusiones», afirmó el exfutbolista.

Seguidamente, Rafa Caballero puntualizó: «Este señor (en referencia al máximo dirigente del Puerto Real) no tiene credibilidad y siempre dice barbaridades. Ahora resulta que todos tenemos la culpa y él es el único inocente. Lo mejor que puede hacer es abandonar la entidad, ya que sigue haciéndole mucho daño a un club con mucha historia y prestigio como es el Puerto Real».

Firme en su postura

Sobre la posibilidad inicial que ofreció Antonio Bohórquez de abonar el 78,3% de la deuda a los jugadores que formaron parte de la plantilla blanquiverde en las temporadas 2008/2009 y 2009/2010, Rafa Caballero apostilló: «Yo no voy a perdonar el 20% de esa deuda. Me da pena por el Puerto Real, pero no puedo doblar la rodilla ante una persona que me ha hecho mucho daño a mí y a mi familia».

En última insancia, el exjugador puertorrealeño destacó: «Él ha tenido problemas con Rubiales, con la AFE y con todo el mundo. No creo que todos tengan siempre la culpa».