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'El Cristo', de Velázquez. / Archivo
pintura

‘El Descendimiento’, nueva joya temporal del Prado

Los Museos Vaticanos ceden durante dos meses una de las obras maestras de Caravaggio a la pinacoteca madrileña con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud

DANIEL ROLDÁN
MADRIDActualizado:

Las obras que Michelangelo Merisi (Milán, 1571- Porto Ércole, 1610) realizaba para lugares públicos eran muy esperadas en Roma. Sobre todo por la polémica que causaban, ya que nadie esperaba que Merisi, también conocido como Caravaggio, fuera tan transgresor para la época. Pero el 1 de septiembre de 1604 ocurrió todo lo contrario. El genio italiano presentó ‘El Descendimiento’, una obra encargada con probabilidad por Girolamo Vittrice y destinada a la capilla que esta poderosa familia tenía en la iglesia de la Vallicella. Ahora, este magnífico óleo llega al Prado gracias a que los Museos Vaticanos, su habitual casa, ha permitido una cesión temporal coincidiendo con la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 (JMJ) que congregará a miles de peregrinos en Madrid a mediados de agosto. El cuadro permanecerá en el Prado hasta el 18 de septiembre.

‘El Descendimiento’ es la obra invitada, el programa instaurado hacer un par de años para que lleguen grandes cuadros a la pinacoteca y patrocinado por los Amigos del Museo del Prado, de ‘La Palabra hecha imagen’, una muestra que reúne a grandes maestros con los evangelios como temática. “La visita de una obra de estas características sirve para activar las obras del Prado y verlas de otra manera”, indicó la ministra de Cultura. Ángeles González-Sinde agradeció las gestiones del arzobispo-cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y del nuncio apostólico en España, Renzo Fratini, para que la obra del “criminal, camorrista, homosexual y poco dócil con el poder” pudiera llegar a Madrid. Un pintor, como recordó la ministra, que fue reconocido “por su gran naturalismo” después de su muerte.

No fue el caso con ‘El Descendimiento’, que recibió en su momento el aplauso unánime. Caravaggio captó el momento en que el cuerpo de Cristo está siendo preparado. “Llama la atención la figura de Nicodemo, mirando hacia el espectador. Y la Virgen, que está detrás en la composición pero en el centro de la obra. Además es una María que parece mayor”, destacó Gabrielle Finaldi, director adjunto de conservación e investigación del museo del Prado. Nicodemo sostiene el cuerpo junto a san Juan Evangelsita. Su mano roza apenas la losa donde debía ser lavado, ungido y perfumado, lo cual constituye una alusión del Cristo como piedra angular de la Iglesia.

De la obra, Finaldi también hizo hincapié la figura que levanta los brazos y que clama por el dolor de Jesús. “Muchos defienden que representa a María Magdalena, sobre todo por el recogido del pelo. La intensidad de su emoción es impresionante”, comentó. Por otra parte, Caravaggio se fijó en ‘La Piedad’ de Miguel Ángel para pintar el cuerpo de Cristo; aunque en conjunto, la pintura resultó desde el punto de vista iconográfico y religioso, completamente nueva. Como curiosidad, la obra fue requisada por las tropas francesas en 1797. Querían incorporarla al Museo Napoleón de París. En 1817, fue devuelta a la ciudad eterna.

Catorce obras maestras

La joya de Caravaggio completa la exposición ‘La Palabra hecha imagen’, creada para conmemorar la celebración del JMJ 2011, y que invita al público a ver de una forma diferente las obras de El Greco, Velázquez, Zurbarán, Roger van der Weyden, Rubens, Pablo Veronés o el pintor castellano anónimo autor de los murales de Santa Cruz de Malduendo. El objetivo de la muestra está en profundizar sobre el contenido religioso de estas obras y mostrar al público en las diferentes soluciones que han optado los artistas para representar problemas iconográficos específicos. Además, el itinerario de estas obras, señaladas con unas cartelas con el logo de JMJ 2011, pretende dar forma visual a algunas de las descripciones metafóricas que de la figura de Jesucristo se da en los Evangelios sobre todo el de san Juan (El Buen Pastor, la Luz del Mundo).

Entre estas obras destaca ‘El lavatorio’ de Tintoretto, recuperado para la galería central del museo en la última reforma de los grandes cuadros de la pinacoteca. “Ha recuperado aquí todo su esplendor”, apuntó Finaldi. La obra del pintor veneciano estaba situada en un principio en una capilla veneciana, enfrente de una representación de la última cena. “Era una distribución típica en las iglesias venecianas. Tenían una intención pragmática, de mostrar el servicio al prójimo”, apuntó el responsable de la pinacoteca.

Por otra parte, el museo abrirá las puertas de sus dos plantas principales de forma excepcional las noches de los días 16, 17 y 18 de agosto, desde las ocho y media de la tarde y hasta medianoche. El acceso durante estas tres noches será gratuito para todo el público. La finalidad principal es facilitar a los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud la realización del itinerario marcado.