Editorial

Dilema europeo

La UE debe poner fin cuanto antes a la incertidumbre del segundo rescate a Grecia y despejar la desconfianza de los mercados

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La incertidumbre en torno al segundo rescate de Grecia sigue conmocionando la zona del euro y perjudicando gravemente a la economía española. Este jueves debería tener lugar el Consejo Europeo que defina los términos del paquete de ayuda a Atenas, una reunión que ya había sido convocada por Van Rompuy para el pasado viernes pero que fue boicoteada por Alemania con el argumento de que Merkel solo asistirá a ella si existe de antemano un principio de acuerdo. Naturalmente, basado en las premisas impuestas por Berlín: los bancos deberán asumir una parte de la carga del rescate griego. La participación o no de los bancos en el rescate está siendo el gran dilema de la discordia. La implicación del sector privado es una exigencia de Alemania, Países Bajos, Finlandia y Austria porque estos países creen que solo así la medida será aceptada por sus opiniones públicas; sin embargo, las agencias de 'rating' interpretan esta imposición al sistema financiero como un 'default', un impago, dado que, como es evidente, equivale a una reestructuración, a una quita en la deuda global. Frente a esta posición, el Banco Central Europeo, con Trichet a la cabeza y con el apoyo de España y otros países, se opone frontalmente a cualquier impago por considerar que podría provocar un peligroso efecto dominó de resultados semejantes a los que suscitó la quiebra de Lehman Brothers. En definitiva, el debate está establecido entre quienes no están dispuestos a cargar íntegramente sobre el sector público la quiebra griega -con el peligro de que se siente un precedente y de que esta benevolencia disuada de seguir esforzándose a los países en peores condiciones-, y quienes, como España, estarían dispuestos a ampliar los rescates con cargo a los Estados. Y mientras este debate se mantiene abierto, la incertidumbre sigue generando volatilidad en los mercados, y ayer la prima de riesgo de los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes alcanzaba un nuevo máximo histórico, mientras la italiana quedaba solo levemente por detrás de la española. Todo indica que prosperarán las tesis alemanas, matizadas por París, ya que a fin de cuentas los bancos de ambos países son los más expuestos a la deuda griega. Sea cual sea la vía, la UE debe poner fin cuanto antes a la incertidumbre sobre Grecia y despejar la desconfianza de los mercados que tanto daño está haciendo a la recuperación económica.