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El primer ministro británico, David Cameron, poco después de reunirse ayer con el presidente sudafricano en Pretoria. :: JEROME DELAY / AP
MUNDO

El vuelo de Cameron entra en turbulencias

El jefe del Gobierno interrumpe su viaje por África para defenderse en el 'caso de las escuchas'

ÍÑIGO GURRUCHAGA CORRESPONSAL
LONDRES.Actualizado:

La posición del primer ministro británico, David Cameron, ha quedado comprometida tras la renuncia del jefe y de un subjefe de Scotland Yard por las relaciones que mantenía la Policía de Londres con periodistas del 'News of the World', cuyas actividades delictivas han llevado ya al arresto de diez personas y a una crisis de envergadura en la empresa propietaria.

Cameron tuvo que anunciar ayer la interrupción de un viaje por Sudáfrica, Nigeria, Ruanda y Sudán y regresará a Londres para iniciar un debate en la Cámara de los Comunes mañana. El Parlamento debía comenzar hoy su vacación estival, tras el testimonio de Rupert Murdoch y otros directivos de News International ante uno de sus comités, pero la dimensión que ha adquirido la crisis llevó al primer ministro a aceptar una jornada adicional, dedicada a debatir sobre sus ramificaciones.

Hasta la noche del domingo, el líder conservador se había refugiado en argumentos que apelaban a su inocencia y buena fe ante las acusaciones de la oposición laborista por contratar como director de comunicaciones del Partido Conservador en la oposición y luego del Gobierno a Andy Coulson, que fue director de 'News of the World' cuando se cometieron los delitos.

Cameron explicó que contrató a Coulson -que dimitió como director al conocerse que las escuchas ilegales eran sistemáticas- tras pedir a una empresa privada que realizara un chequeo de su historial y porque él le aseguró que no había tenido conocimiento de lo que hacían los periodistas bajo su mando. El primer ministro le dio una segunda oportunidad, dijo, y establecieron después una relación amistosa.

Esa respuesta ocultaba una parte de sus razones. Los conservadores habían perdido en época de Tony Blair el favor editorial de News International -empresa propietaria de 'News of the World', 'The Sun', 'The Times' y 'The Sunday Times' y principal accionista de una cadena de televisión- y Coulson le abría las puertas al entendimiento con el patrón, Rupert Murdoch.

En los quince meses que lleva como primer ministro, David Cameron ha mantenido 26 encuentros con directivos de News International y ninguna reunión con sus equivalentes en la BBC, y ha cultivado la amistad íntima de Rebekah Brooks, consejera delegada de la compañía hasta el viernes y predecesora de Coulson como directora del periódico cerrado. Coulson y Brooks han sido ya interrogados bajo arresto.

Cameron no ha reconocido en ningún momento que cometió un error, aunque ha visto cómo el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, sube en la estima de los sondeados por su más incisiva crítica al poder mediático de Murdoch durante la crisis. Sin embargo, la noche del domingo, algunos diques de la defensa del primer ministro se agrietaron.

Venganzas

El golpe llegó del dimitido jefe de Scotland Yard, sir Paul Stephenson, quien en su declaración de renuncia por haber contratado a un subdirector de 'News of the World', Neil Wallis, como asesor a tiempo parcial para sus relaciones con la Prensa y por pasar una larga estancia gratuita en un lujoso hotel representado por el mismo periodista, afirmó que este no había tenido que dimitir, como hizo Coulson, y que airear su contrato cuando la nueva investigación sobre las escuchas le incluyó en sus diligencias habría comprometido al primer ministro, y la prudencia le aconsejó callar.

Si el mensaje era un puñetazo con guante de terciopelo, el momento elegido para su lectura ante las cámaras por Stephenson, una de las pocas personas con acceso al exacto horario de los movimiento del jefe de Gobierno, no pudo estar mejor calculado. Cameron se había embarcado una hora antes en un avión regular hacia Johannesburgo, desde donde tuvo que responder que el caso de Coulson es diferente al de Wallis, porque el contrato de este con Scotland Yard plantea «asuntos que está analizando y que tienen una directa relación con la confianza del público en la Policía».

Una casa de apuestas redujo ayer desde 100/1 a 12/1 la probabilidad de que el primer ministro sea el siguiente miembro del Gabinete en dimitir. Otra ofrecía 7/1 a que Cameron no dura un año. Otra, 4/1 a que el alcalde de Londres, Boris Johnson, cuya mano firme está tras la dimisión de Stephenson, será el próximo líder. Cuando preguntaron ayer a Johnson si Cameron debía marcharse dijo: «Es una cuestión para el 10 de Downing Street. Le sugiero que les pregunte».

Johnson y Cameron fueron coetáneos, amigos y rivales en el colegio de Eton, y sus ambiciones chocan. Pero un sector conservador muy sustancial en el Parlamento ha sido marginado por 'los cameroons', como se apoda a la claque que rodea al líder, en pos de un Gobierno de coalición que no les gusta. El primer ministro vuela hacia Londres hoy como un fugitivo que regresa. Le espera la certeza de una tormenta que aún no ha arrojado su mayor descarga.