Cascos conquista Asturias

Francisco Álvarez-Cascos tomará posesión hoy como presidente del Principado de Asturias, después de un recorrido difícilmente explicable, salvo por la tenacidad de la que hizo gala desde el inicio de su carrera política, hace más de tres décadas, como único concejal de Alianza Popular en el Ayuntamiento de Gijón.

Para llegar a este momento, no solo ha tenido que ganar unas elecciones, sino que tuvo que enfrentarse a su partido de siempre, el PP, que abandonó el 1 de enero pasado, y fundó una nueva organización, Foro Asturias, con la que consiguió el triunfo en los comicios del 22 de marzo. Todo tres meses después de su fundación. Quien fuera uno de los hombres clave en la renovación del partido que llevó a José María Aznar al Gobierno, tuvo que afrontar hasta su investidura multitud de obstáculos.

Cuando hace un año mostró su disposición a ser candidato del PP en Asturias, se desataron las hostilidades en el partido, tanto en Asturias como en la dirección nacional de los populares. No le querían, ni los más destacados barones de la organización asturiana del PP ni en el círculo más próximo a Mariano Rajoy. El presidente nacional del PP siempre se amparó en el rechazo que generaba en el partido en Asturias para desoír sus aspiraciones. Acabó por designar a una desconocida concejala ovetense, Isabel Pérez-Espinosa, para encabezar la candidatura.

El desaire fue excesivo para un Álvarez-Cascos que llegó a decir que «a Rajoy, Asturias le importa un comino», en una inusual rueda de prensa por la fecha, el 1 de enero último, en la que anunció su decisión de poner fin a tres décadas de militancia en el PP. A partir de ahí, quedó de manifiesto el divorcio entre las direcciones asturiana y nacional con las bases de un PP asturiano en el que se produjeron deserciones en masa hacia el embrión de partido que pergeñaba Cascos.