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Economia

EL CRISTAL CON QUE SE MIRA

I. MARCO-GARDOQUI
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La contabilidad es una ciencia fluida en la que los conceptos fijos e inmutables son muy escasos. No es una debilidad de concepto, es una imposición de la realidad. Los test de estrés tratan de averiguar la situación real del patrimonio de los bancos y su proyección en escenarios de penalidad extrema. Pero, para calcular el valor real de un banco, es imprescindible determinar primero el valor de sus activos y eso plantea algunas dificultades. ¿Cuánto valen los bancos españoles? Pues mucho si sus activos se valoran a precios de adquisición, pero bastante menos si lo hacemos a precios de mercado actuales. Como ni lo primero es real ni lo segundo del todo justo, hay que establecer criterios que, como siempre, son discutibles y opinables.

Los criterios seleccionados por Europa perjudican a España al no considerar las provisiones genéricas -incomprensible- ni algunas emisiones de bonos y al incluir a la inmensa mayoría de las entidades, cosa que no ocurre en otros países, en los que algunas han preferido esperar y preparase mejor antes de presentarse al examen. Pero, al final, las autoridades españolas aplicaran criterios propios y más favorables a la hora de exigir capitalizaciones añadidas, lo que convierte estos test en un paso más hacia la transparencia del sector y un aviso para evitar desmanes. No es poco pero tampoco es demasiado. Nos bastaría con que esta vez los exámenes fueran mas precisos y evitasen fiascos como el de los anteriores con Irlanda, cuando las autoridades detectaron la aguja, pero no encontraron la paja en el pajar.

El resultado final ha sido poco más o menos el esperado. Aunque resulta un tanto aparatoso que nuestros «alumnos» copen cinco de los ocho suspensos, al final, ni el Pastor tendrá que capitalizarse, al permitirle el Banco de España aplicar sus provisiones genéricas, ni la situación actual de las cajas es el fiel reflejo de su realidad final, al encontrase en pleno proceso de reconversión. Pues eso, el lunes, todos a trabajar. Vamos, como siempre.