La banca goza de buena salud
Ordóñez y Salgado defienden la solvencia ante un examen que obvia el principal colchón frente a las pérdidas Cinco entidades españolas suspenden los test de estrés aunque no necesitan capital adicional
MADRID. Actualizado: GuardarCinco entidades españolas -las catalanas Catalunya Caixa y Unimm, Grupo 3 (integrado por la aragonesa CAI, Círculo de Burgos y Caja Badajoz), la alicantina CAM y Banco Pastor- suspenden las pruebas europeas de solvencia, junto con dos instituciones griegas y una austriaca. Pero ninguna de las nacionales va a necesitar capital adicional, según aseguró el gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez. Explicó que el examen de la autoridad bancaria europea no ha incluido fortalezas tan importantes como las provisiones genéricas llevadas a cabo por las entidades (nada menos que 17.000 millones de euros) a las que podrían recurrir para enjugar pérdidas en un escenario adverso, ni las obligaciones convertibles en acciones ya emitidas.
«Lo llamemos como lo llamemos, podemos deducir que ninguna entidad española ha suspendido», declaró, tajante, la vicepresidenta económica del Gobierno, abundando en los argumentos del supervisor. Elena Salgado destacó la «solidez de nuestro sistema financiero», y resaltó que «todos los analistas van a poder contrastar con el máximo detalle» la situación de las entidades españolas y su proyección en un escenario de deterioro «que apenas tiene un 0,5% de probabilidades de ocurrir».
Si España repite, y presenta por segunda vez el mayor número de instituciones con una nota inferior al 5 -en la primera edición de estas pruebas ocurrió lo mismo-, también puede enorgullecerse de que entidades nacionales se hayan aupado a los puestos líderes de la clasificación de solvencia. La Banca March, con el 23,5% de recursos propios sobre activos ponderados por riesgo en situación adversa en 2012, se alza otra vez al primer puesto de toda Europa.
Inexperiencia
Fernández Ordóñez arrancó sus explicaciones con el agradecimiento a la Autoridad Bancaria Europea (EBA) por el esfuerzo llevado a cabo en la realización de las pruebas.
Pero sus palabras no ocultaron las reticencias porque, de inmediato, se refirió a la escasa experiencia de la institución, nacida el pasado 1 de enero. Y aludió a que la EBA habría sacrificado la precisión del análisis ante la necesidad de «homogeneizar» los criterios. La discrepancia de España es de gran calado, hasta el punto de constituir la principal razón por la que suspenden cinco de las entidades sometidas a examen. El colchón de las provisiones genéricas, justamente creadas con la misión de absorber pérdidas, se ha quedado fuera, según explicó el gobernador, «porque a la EBA no le ha dado tiempo» a tomarlas en consideración. «Al fin y al cabo, solo lleva seis meses funcionando», añadió.
Pero las autoridades españolas parecen dispuestas a hacer de la necesidad virtud. Por eso, tanto el supervisor como la vicepresidenta económica elogiaron las ventajas de la exhibición de transparencia practicada, porque España ha sometido a la prueba a entidades que presentan el 90% del sector, mientras que otros países se han cuidado una vez más de desnudar del todo a su negocio financiero. Solo las instituciones de mayor dimensión se han presentado a la prueba. En el caso de Alemania, las analizadas apenas suponen el 60% del total de los activos.
Ordóñez ironizó: «No busquen (en España) al perdedor, porque no es eso lo que verdaderamente importante». Y animó a indagar en las tareas que ahora le aguardan al supervisor que, pese a ser más oscuras, tienen mayor trascendencia. «Vamos a seguir vigilando y exigiendo; lo que resulta capital es conocer la eficiencia de cada negocio, saber si es o no flor de un día», anticipó. Convencidos de su actuación, Ordóñez y Salgado minimizaron el impacto inmediato que pueda suponer para el sector el que varias entidades suspendan. Incluso aceptó el gobernador que los titulares de prensa citen «lo peor que se pueda sacar». Pero insistió en que la transparencia «es una inversión a largo plazo», y que cuando los analistas vean la realidad «actuarán en consecuencia».