El juego por excelencia
Se tarda cinco minutos en aprender y toda una vida en dominar. El Texas Holdem es la más atractiva de entre todas las variantes que ofrece este archiconocido juego de cartas
MADRID Actualizado: GuardarLa imagen que todavía perdura en la mente de muchas personas es una sala oscura rodeada de personajes siniestros jugándose lo que no tienen, bebiendo whisky y fumando puros. Percepción totalmente errónea. Competitividad en estado puro, eso es el póquer. En un torneo todas las personas participantes pagan la misma cantidad de dinero y reciben las mismas fichas iniciales, y finaliza cuando uno de los participantes se hace con todos las fichas, independientemente del número de jugadores. Así de simple. La combinación de esta sencillez en su apariencia y complejidad en su dominio hacen del Texas Holdem el juego por excelencia.
La grandeza de este juego reside en que cualquiera puede ganar. Suena a tópico, pero nada más lejos de la realidad. Año 2003, un contable de Atlanta, Cris Moneymaker, se clasifica a través de internet al evento principal de las Series Mundiales de Póquer por 39 dólares y acaba proclamándose campeón del mundo de ese año en Las Vegas, embolsándose más de dos millones de dólares. Su apellido en ingles significa 'hacer dinero', dato cuanto menos curioso dada las características de su proeza. No hay que olvidar que como todo juego de cartas, el azar está presente. En menor medida que en otros juegos, pero presente, por lo que este tipo de hazañas en la que desconocidos se convierten en millonarios no es imposible. Es en este punto donde reside el verdadero atractivo del juego. Nadal, Gasol, o Alonso solo hay uno. Por mucho que se practique tenis, baloncesto o F-1 es imposible alcanzar su nivel. El póquer es la única modalidad donde existe la posibilidad real de batir a los mejores del mundo.
Si a todo lo anteriormente expuesto añadimos que España es uno de los países donde más se juega del mundo, no es de extrañar que las empresas del sector no hayan tardado en reaccionar. Progresivamente se está observando, tanto en internet como en televisión, un aumento considerable de difusión publicitaria, así como la irrupción de programas televisivos dedicados al mundo del póquer.