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La división de la UE aplaza la cumbre sobre Grecia
Fitch eleva la presión para que se pacte el segundo rescate al hundir la nota de la deuda helena
Actualizado: GuardarEl bloqueo de la UE en la crisis griega es total. Los socios comunitarios no consiguen ni ponerse de acuerdo para la celebración de una cumbre de urgencia. Pese a que las tensiones en los mercados han alcanzado una nueva dimensión con el contagio de Italia, los miembros de la Eurozona podrían retrasar hasta la próxima semana el encuentro previsto para mañana. Alemania insiste en que no hay razón para precipitarse y reclama un consenso básico sobre el segundo rescate heleno antes de volver a sentarse a la mesa.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, lanzó la propuesta para celebrar una cumbre de emergencia durante su vista a Madrid el pasado martes. La idea, respaldada por España y Francia, se topó desde el principio con los recelos de Alemania y Holanda. El líder comunitario intensificó ayer los contactos con los 17 países miembros del euro, pero no logró forzar un acuerdo para convocar el encuentro mañana. Miembros de su gabinete mantenían que la cita se celebrará, aunque la fecha no está clara y puede retrasarse hasta la próxima semana alimentando la incertidumbre en los mercados.
Angela Merkel se encuentra de gira por África y tiene previsto regresar mañana a Berlín. En principio, su agenda está libre por la tarde, momento en el que se había planteado la cumbre coincidiendo con el cierre de las bolsas. Su portavoz, sin embargo, subrayó ayer que no manejaban «planes concretos para una reunión especial». Al parecer, la canciller prefiere esperar a que los ministros de Economía alcancen un acuerdo de mínimos antes de encontrarse con sus socios. Todos los analistas subrayan que si la convocatoria termina en un nuevo fracaso la reacción de los mercados podría resultar furibunda.
La peor calificación
El principal escollo que bloquea el segundo rescate de Grecia es la participación de los bancos. Alemania exige que sea «sustancial», lo que a ojos de las agencias de calificación supondría una quiebra parcial de Atenas. El BCE no quiere ni oír hablar de esta opción porque cree que desencadenaría un terremoto internacional. Berlín logró en el Eurogrupo del lunes que sus socios aceptaran estudiar su propuesta. A cambio, Merkel volvería a enfrentarse a las críticas internas en su país y permitiría que el fondo de rescate europeo, del que es el principal contribuyente, compre en el mercado bonos griegos para reducir su descomunal deuda.
Mientras prosiguen las complicadas negociaciones, las firmas de rating no dan tregua a los socios europeos rescatados. Si el martes Moody's degradó los títulos irlandeses, ahora Fitch castiga a Grecia al otorgarle la peor calificación de todos los países que audita. La agencia norteamericana rebajó cuatro escalones la nota de Atenas hasta el borde de la insolvencia. A su juicio, la quiebra del país heleno es una «posibilidad real» por la falta de un segundo rescate. La UE y las agencias protagonizan desde hace semanas una guerra abierta por sus controvertidas calificaciones.
El FMI, que colabora con la Unión en los tres rescates comunitarios, también contribuyó a aumentar la presión para que se pacte el nuevo salvavidas heleno. Poul Thomsen, jefe de la misión del Fondo en Grecia, alertó de que la implicación de los bancos es un «enorme problema». El organismo monetario estima que el sector privado podría aportar 33.000 de los 104.000 millones que costaría el paquete de ayuda. Thomsen urgió a los socios comunitarios a alcanzar un acuerdo para disipar la «incertidumbre» que reina en los mercados.