La Fiscalía y la defensa aplazan la próxima vista del caso Strauss-Kahn

La pérdida de credibilidad de la camarera en el caso que se sigue contra Dominique Strauss-Kahn ha hecho cada vez más visible el acercamiento entre la oficina del fiscal del distrito de Manhattan y la defensa del acusado. Alegando que necesitaban más tiempo para proseguir sus investigaciones, ambas partes se han puesto de acuerdo en posponer la vista judicial prevista para el próximo día 18 hasta el 1 de agosto. El movimiento se concretó solo horas después de que destacados representantes de la comunidad negra de Nueva York dieran muestras de apoyo a la mujer guineana al exigir un proceso judicial completo. Con la acusación atravesando un débil momento, temen el sobreseimiento del caso.

Muy claros en sus intenciones, los abogados del exdirector del FMI se mostraron confiados en que el nuevo plazo sea suficiente para que la Fiscalía dé los pasos necesarios y retire los siete graves cargos de agresión sexual e intento de violación que pesan sobre su cliente. Aunque la oficina que dirige Cyrus Vance declinó hacer ninguna valoración sobre el aplazamiento, su actitud de cerrada defensa de la causa de la denunciante ha cambiado drásticamente debido a las graves contradicciones y mentiras apreciadas en varios testimonios de la mujer.

Testimonio verídico

Con todo el ambiente en contra, el abogado de la camarera, Kenneth Thompson, fue más comedido que en ocasiones anteriores y ha predicho que no se desestimarán los cargos. «Esperamos que los fiscales se pongan del lado de la persona objeto de las agresiones». Mientras los letrados de DSK han repetido hasta la saciedad que su defendido se declarará no culpable de todos los cargos, la Fiscalía no ha enviado un mensaje claro de que podría inclinarse por sobreseer el caso.

El propio Thompson protagonizó un agrio enfrentamiento con Cyrus Vance, al que llegó a pedir que se aparte del proceso por considerar poco éticas algunas de sus últimas acciones. Para restar importancia a este panorama confuso, el letrado reconoció que la mujer ha tenido graves problemas en su vida privada, pero su testimonio de lo que pasó dentro de la suite del hotel Sofitel -donde denunció que Strauss-Kahn la forzó a practicar sexo oral- es consistente con la verdad.