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Un sonriente Rupert Murdoch, ayer a la salida de su casa en Londres. En el círculo, el exprimer ministro Gordon Brown y su esposa, Sarah, afectados por las escuchas. :: AFP/ REUTERS
MUNDO

Policías vendieron teléfonos de la casa real

Murdoch aplaza en un golpe táctico su oferta para el control total de la mayor televisión privada británica

LOURDES GÓMEZ LOUDES GÓMEZ
LONDRES.Actualizado:

Agentes de la Policía Metropolitana de Londres vendieron información confidencial de la casa real británica, poniendo en riesgo la seguridad de miembros de la familia Windsor a los que debían proteger. Según las últimas revelaciones sobre un escándalo que se resiste a tocar fondo, oficiales de la brigada de elite de Scotland Yard ofrecieron al tabloide 'News of The World' ('NoW') un listín con los números de teléfono de la reina Isabel, sus hijos y su círculo de amistades. El dominical pagó 1.000 libras (unos 1.200 euros) por el llamado 'Libro Verde' del Palacio de Buckingham.

Es muy probable que los números apuntados en el confidencial directorio sirvieran a los periodistas y a un detective privado contratado por el rotativo de News International, propiedad de Rupert Murdoch, para pinchar los móviles del entorno real y acceder a sus buzones de voz. Precisamente, fue la intercepción del contestador del príncipe Guillermo, en 2005, el desencadenante de una crisis cuyas ramificaciones están dañando la reputación de la Policía, la prensa y la clase política del Reino Unido.

El corresponsal palaciego de 'NoW', Clive Goodman, y el detective Glenn Mulcaire recibieron penas de prisión por acceder a los mensajes de Guillermo, su hermano Enrique y tres oficiales de palacio. Y ayer se supo que Carlos y su actual esposa Camilla se encuentran también entre las 4.000 víctimas potenciales de la delictiva trama que provocó el cierre del dominical este pasado fin de semana. Un mínimo de diez familiares de la reina y empleados de la casa real tuvieron sus teléfonos intervenidos por 'NoW'.

Según recientes filtraciones, News International conocía desde 2007 que su dominical había pagado a uno o quizá dos agentes de policía por información referente a la familia real, pero no informó a Scotland Yard hasta el pasado junio. La BBC y el diario 'The Guardian' coinciden en que una investigación interna de la división británica del imperio Murdoch detectó mensajes electrónicos en los que Goodman solicita a su director 1.000 libras (1.200 euros) para comprar el 'Libro Verde' a un responsable de la seguridad de los Windsor.

'NoW' estaba dirigido entonces por Andy Coulson, ahora en libertad condicional, sin cargos, bajo la sospecha de sobornar a policías y tener conocimiento de la conducta delictiva al parecer imperante en la redacción del tabloide. Pese a las últimas alegaciones, el primer ministro, David Cameron, volvió a defender su polémica decisión de contratar a Coulson como director de comunicaciones de Downing Street. «Si las garantías (de que el exdirector de 'NoW' no sabía nada de los delitos) son falsas, me sentiré defraudado», dijo ayer tras recordar que toda persona es inocente hasta que se pruebe su culpabilidad.

Murdoch, por su parte, dio otro golpe táctico días después del inesperado cierre de su dominical estrella. La crisis está malogrando su objetivo de hacerse con el control absoluto de la compañía de televisión BSkyB a través de su holding News Corporation, y ayer forzó una larga demora en la aprobación oficial de su oferta de adquisición. El grupo dijo que anula las concesiones negociadas hasta la fecha para asegurar el visto bueno del Gobierno británico, creando un escenario que aporta cierto respiro al Ejecutivo de Cameron pero resulta insuficiente para la oposición.

El ministro de Cultura, Jeremy Hunt, confirmó en los Comunes su intención de remitir el plan de absorción a la Comisión de la Competencia, que deberá considerar los escándalos destapados en News International. El líder laborista, Ed Milliband, y el grupo parlamentario liberaldemócrata conminaron a Murdoch a retirar su puja por hacerse con el 60% de las acciones que aún no controla en la mayor televisión privada de Reino Unido. El magnate ganó tiempo pero la estrategia puede redundar en su contra si aparecen más alusiones incriminatorias de la conducta de sus directivos mientras haya en la mesa una oferta de compra por BSkyB.