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Economia

Un tropezón para la salida de la crisis

Si el deterioro de la deuda pública y la caída de la Bolsa se consolidan, el impacto en los ciudadanos será inmediato

MANU ÁLVAREZ
BILBAO.Actualizado:

Aunque el diferencial con el bono alemán e incluso la referencia al Ibex-35 pueden parecer parámetros exóticos, lo cierto es que su efecto es inmediato. En la práctica son dos termómetros que indican la salud de la economía. Entre los primeros efectos se encuentra el de la restricción y el encarecimiento del crédito. La imagen exterior de España ha vuelto a empeorar de forma casi dramática.

Los mercados financieros, quienes desde el exterior prestan su dinero al Estado y también a las entidades financieras y empresas nacionales, han llegado a la conclusión de que somos más débiles. Estiman que España es un cliente de riesgo creciente y si quiere acceder a financiación externa -en realidad, lo necesita dado el alto grado de endeudamiento que ya tiene- deberá pagar tipos de interés más altos. Ese encarecimiento del dinero se traducirá en estrechamiento del mercado crediticio -menos dinero disponible para prestar a familias y empresas- y en subida de los tipos.

También incidirá en el efecto pobreza: una parte cada vez más numerosa de la población española ha depositado sus ahorros en Bolsa o bien en planes de pensiones o fondos de inversión. Estos dos últimos vehículos colocan el dinero en deuda pública y Bolsa. Cualquier ahorrador que mire hoy la evolución de su patrimonio podrá apreciar que ha perdido una parte de lo creía suyo la pasada semana. Ese efecto de sentirse más pobre o menos rico, que tanto da, genera un movimiento inducido de contención del consumo.

En consecuencia, los mercados van a exigir a España y a Italia nuevos esfuerzos, en forma de contención de gastos, para garantizar que el déficit público puede mantenerse en niveles aceptables que eviten una hipotética 'suspensión de pagos'. ¿Habrá fuga de capitales? Se ha producido en Grecia pero los expertos no creen que sea por ahora un peligro cierto en países como España, Portugal o ahora Italia. Pero ya se sabe que no hay nada más miedoso que un millón de euros...