Interior parroquia de Vizcaya. / Alvaro Vicente.
la expedición llega a españa

La Ruta Quetzal BBVA destapa un tesoro en Vizcaya

La expedición descubre las excelencias de unas pinturas del S.XVI en la iglesia de Zaldu, en Gordexola

VIZCAYA Actualizado: Guardar
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Los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA descubrieron hoy en la iglesia de Zaldu, en el valle de Gordexola, unas pinturas barroco-renacentistas del S.XVI-XVII fascinantes. Estamos en el interior de Vizcaya. Entre montañas se alza una pequeña parroquia, la de San Nicolás, que gracias al empeño de su párroco Xaber Gaztelu Izagirre se ha destapado hace no más de un año uno de los llamados a ser tesoros culturales de esta provincia. Bajo tres capas de pintura se escondían en el retablo de esta iglesia unas pinturas que técnicos de la UPV han calificado de “excelentes”. Y claro, el alcalde de Gordexola, Iñaki Aretxederra, que ayer recibió a la expedición rutera, saca pecho de este tesoro desconocido por el momento por el gran público. No será por mucho tiempo porque hay interés por parte de las autoridades locales de sacarlo a relucir. Los trabajos de recuperación de estas pinturas han contado con una ayuda del Gobierno Vasco impulsados por el anterior lehendakari Juan José Ibarretxe.

El director de la expedición, Miguel de la Quadra-Salcedo, se mostró especialmente orgulloso de que los 225 ruteros de 53 países tuvieran la oportunidad de descubrir este pequeño y rico retablo del interior de Vizcaya. Para el aventurero navarro esta jornada era especial. La Ruta descubriría el valle en la que vivieron sus antepasados. Y por si fuera poco, el sobrino de Martínez de Compañón –el leitmotiv de esta expedición tanto en el Perú como en España- fue bautizado en esta parroquia. Por este motivo, la expedición obsequió a las autoridades locales un retrato del que fuera obispo de Trujillo (Perú). El alcalde de Gordexola correspondió con la Ruta con la entrega al director de la misma de una piedra esculpida del tamaño de dos puños.

Posteriormente los ruteros conocieron a pie este valle y fueron testigos directos de lo bien conservadas que están todavía hoy las casas de los indianos. La visita por este valle se completó con diferentes conferencias, una de ellas a cargo de un Martínez de Compañón y otra para explicar el origen del apellido Ayala.

Una exhibición de cetrería puso el punto final a una jornada especial antes de regresar al buque Castilla y poner rumbo a Santander, ya de noche, desde el puerto de Getxo.