UN NUEVO CÁDIZ CF

El aterrizaje de Quique Pina en el Cádiz CF supone un nuevo modo de entender el fútbol de Cortadura hacia dentro. El término cadista adquiere una nueva dimensión porque a partir de ahora en el estadio Carranza habrá que cantar los goles del Cádiz y los del Granada. El aficionado más pudiente tendrá que comprarse también la camiseta del equipo propietario de Los Cármenes porque todo lo bueno que le ocurra a los granadinos repercutirá positivamente en la bahía gaditana. Habrá quien se haga la picha un lío porque recordemos que Quique Pina es murciano; Antonio Muñoz, cordobés y el Cádiz... bueno, de momento, sigue instalado en la Bahía, pero quién sabe lo que nos deparará un futuro que tiene como fecha marcada en rojo el próximo 30 de junio de 2012. Entonces, el murciano le comprará el club gaditano al cordobés porque me parece a mí que lo de los brasileños, los australianos y los ingleses era un cuento chino y ya me he perdido con tantas naciones en juego. Pero el señor Pina ha querido dejar muy claro desde el primer minuto que todo pasa porque 12.000 abonados gaditanos abarroten las gradas de un estadio que sigue siendo del Ayuntamiento de Cádiz aunque no descarten que en Granada también lo acaben considerando como algo suyo. 12.000 almas que tendrán que tener muy claro que este es un nuevo Cádiz donde el gaditanismo ha pasado a un segundo plano para embarcarnos en una aventura nada localista con el fin de que un cordobés salve los muebles 'in extremis', un murciano siga engordando su cuenta corriente y un puñado de gaditanos se pregunten que si el Cádiz no es suyo por qué están obligados a semejante ejercicio de sumisión con la amenaza de que esto es lo que hay o, si no, cerramos la tienda y buenas tardes. Llegados a este punto, más de uno envidia a Enrique Huguet porque no hay nada mejor que una retirada a tiempo.