Berlusconi se tapa la boca en un debate en el Senado. :: ROSSI / REUTERS
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Condenan a Berlusconi a pagar 560 millones por el caso Mondadori

Su compañía Fininvest debe indemnizar al empresario italiano a quien arrebató la editorial en 1991 tras sobornar a un juez

ROMA. Actualizado: Guardar
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Como se preveía y sin que cause ya demasiado espanto, para tratarse del primer ministro de un país de la UE, la compañía Fininvest de Silvio Berlusconi fue condenada ayer en vía civil en segunda instancia a indemnizar con 560 millones al empresario Carlo De Benedetti, por el daño que le causó al arrebatarle el grupo Mondadori en 1991 mediante el soborno del juez que dirimía el litigio por la editorial. Fue cuando el magnate presidía Fininvest, el 'holding' del que es fundador y accionista mayoritario, y dos años antes de entrar en política.

La resolución, que solo será firme si la ratifica el Supremo tras la apelación, vuelve a confirmar algo escandaloso y gravísimo que se sabe a ciencia cierta desde el 13 de julio de 2007, cuando se cerró el proceso penal, pero que nunca tuvo consecuencias: Berlusconi corrompió a un juez con dinero de su compañía y a través de sus abogados para hacerse con el control de Mondadori, ahora presidida por su hija Marina. Se sabe, como muchas otras cosas, pero en Italia no pasa nada.

'Il Cavaliere', no obstante, se libró de la condena gracias al beneficio de atenuantes genéricos que le valieron la prescripción del delito, como en otras ocasiones, aunque tanto sus abogados, que pagaron el soborno, como el magistrado corrupto fueron condenados y los hechos quedaron demostrados. Ahora el proceso civil consiguiente confirma la condena de primer grado, pero rebaja la indemnización de 750 millones a 560, un 25%, que se deben pagar de inmediato. Es un duro golpe para las cuentas de Fininvest, aunque tiene liquidez para cubrirlo.

La resolución de ayer consolida aún más la responsabilidad del actual primer ministro, pues reconstruye el caso y concluye que «Silvio Berlusconi es corresponsable del episodio de corrupción» y lo define «correo» en el delito. Sobre este aspecto la sentencia se extiende al recordar que, pese al recurso de la defensa, 'Il Cavaliere' no obtuvo la absolución plena más allá de la prescripción, «pues no había evidencia de su inocencia». Es más, considera «absolutamente improbable y fuera de toda lógica plausible» que los famosos 434.000 dólares (304.000 euros) del soborno para comprar al juez salieran de las cuentas secretas de Fininvest en el extranjero a una cuenta del abogado de Berlusconi, Cesare Previti, «sin una unívoca orden del 'dominus'» de la compañía, quien «promovió y consintió» el delito. «Salvo que se elucubre que corruptores independientes y audaces consuman una corrupción 'clandestina' al margen del pagador y beneficiario del delito», concluyen los jueces.

Otro escándalo

El cuadro general es aún más vergonzoso si se recuerda el último intento de burlar la sentencia que ha protagonizado esta misma semana Silvio Berlusconi, con una nueva 'ley ad personam', y van veinte, en vísperas del fallo. Introdujo a última hora y a escondidas en el duro decreto de ajuste económico de 68.000 millones que afrontará Italia un remoto artículo que permitía a las empresas no pagar indemnizaciones superiores a 20 millones de euros en procesos civiles. Se armó tal revuelo que incluso el ministro de Economía, Giulio Tremonti, anuló la rueda de prensa prevista para presentar el plan, pues parece que no sabía nada.

Al final 'Il Cavaliere' decidió retirar la morcilla legal esa tarde, haciéndose el ofendido y diciendo que de todas maneras le iban a absolver: «Estoy convencido de que se anulará una sentencia absolutamente infundada y profundamente injusta. Lo contrario sería una absurda e increíble negación de principios jurídicos fundamentales», advertía. De todos modos, adelantó que pensaba recuperar la norma después y no se sabe qué tramará ahora para eludir la Justicia.