«Es entrañable, siempre está pendiente de la familia»

Alejandro Rubalcaba, primo del vicepresidente primero del Gobierno, regenta la carnicería que la familia Rubalcaba posee en Solares, localidad cántabra de unos 4.000 habitantes. Recela de los medios de comunicación. Se queja de que los periodistas «han manipulado» en varias ocasiones sus declaraciones y las de su familia. Pese a ello, accede a hablar con este periódico, pero sin parar de atender a los clientes de su establecimiento. Alejandro describe a un Alfredo «entrañable», al que no se le habría subido el éxito a la fama. «Siempre ha estado al tanto de la familia y ha permanecido cercano», apostilla. Alejandro tiene menos años que el aspirante socialista a la Moncloa, pero confía en que «siga creciendo por el bien de todos, porque está claro que es una persona muy capacitada».

Elisa Rubalcaba, la tía Cuchi, recuerda que su sobrino Alfredo siempre está pendiente del móvil, las 24 horas del día. De hecho, lo tilda de «víctima del trabajo». «Es que el trabajo es su vocación». Recuerda cuando de niño, el aún vicepresidente primero del Gobierno chutaba el balón en los jardines del balneario de Solares y miraba con cierto repelús los animales que correteaban por la casa donde nació -la del carnicero Jandro, su abuelo-.

La afición al atletismo le viene de entonces. «Era rápido», apostilla Elisa, tanto en las carreras con los amigos y nadando en la playa. ¿Travieso?, según su tía, no, ni pillo. «Era un niño muy cariñoso y muy muy bueno. ¡Oye, y lo sigue siendo!», espeta.