Nuevo viaje de Marcos a la esperanza

Son las ocho de la mañana y en el aeropuerto de Jerez apenas si se vislumbra movimiento. Sin embargo, al fondo se percibe una familia que, emocionada, ha ido a despedir a tres de sus miembros que parten a tierras americanas. Se trata de Ana María, Juan Carribero y su hijo Marcos, que se dirigen nuevamente a Boston para que el pequeño se someta a otra operación que consistirá en cambiar o directamente quitar la válvula que los médicos le colocaron en la cabeza.

Ayer, el padre del menor jerezano se mostró altamente positivo y confió en que esta intervención suponga un avance fundamental para la salud de Marcos, que padece atresia pulmonar y una hidrocefalia que le impide crecer y desarrollarse como cualquier niño de su edad. La situación, no obstante, es peliaguda si se tiene en cuenta el factor económico, que ya supuso un importante quebradero de cabeza para los progenitores que lograron salir airosos gracias a la solidaridad de los jerezanos.

Ahora, los Carribero ya han abonado las pruebas a las que se debe someter el pequeño previas a la operación, por un montante de 9.000 dólares, pero el coste de la intervención (alrededor de 30.000) aún no han podido sufragarlo. Ésta es la razón por la que no descartan que tengan que emprender una nueva campaña de captación de fondos, para lo que siguen confiando en la generosidad del pueblo de Jerez.

Por el momento, se concentrarán en la realización de ese examen preliminar y más tarde verán si pueden permanecer en Boston hasta que operen a Marcos o si tienen que volver para reunir la cantidad necesaria. En lo que respecta al menor, ha experimentado una importante mejoría y, como resaltan sus padres, se encuentra mucho más activo y la alegría ha vuelto a su rostro.