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Sociedad

Un 'sí' real a la invitación principesca

R. C.
MÓNACO.Actualizado:

No estuvieron todas las que son, se echó en falta a la Familia Real española, pero Alberto y Charlene pueden darse por satisfechos. Las casas reales europeas acudieron a su llamada. Aceptaron su invitación. Lo hicieron la mayoría, eso sí, representados por herederos y no por monarcas como ordenaría el protocolo de igual por igual. La familia real de Mónaco desplegó todo su glamour, empezando por la princesa Carolina, quien lució la pamela de mayor tamaño de la ceremonia. La hija mayor de Rainiero y Grace estuvo arropada por todos sus hijos, aunque los mayores llegaron por separado, no como la princesa Estefanía, quien apareció sonriente junto a sus tres hijos.

Los únicos reyes, los de Bélgica, Alberto y Paola, quienes viajaron la Principado junto a los príncipes Felipe y Matilde y Laurent y Claire. También la casa real sueca estuvo bien representada por la princesa Victoria y su marido Daniel Westling, así como por los príncipes Magdalena y Carlos Felipe.

Los príncipes herederos de Holanda, Guillermo y Máxima, y los de Dinamarca, Federico y Mari, se reencontraron en Mónaco con los condes de Wessex, que representaron a la familia real británica en el pequeño Principado. Los grandes duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, también fueron testigos del enlace religioso.

Luis Alfonso de Borbón, acompañado de Margarita Vargas, participó en su primera boda real como heredero al trono de Francia. Así constaba en la invitación. Y también otro pretendiente al trono, en este caso al de Italia, Víctor Manuel de Saboya, desfiló del brazo de su mujer Marina Doria y de su hijo Manuel Filiberto y su esposa Clotilde Coreau por la alfombra roja del patio del Palacio que ahora será subastada para obras benéficas.