Lo uno por lo otro

No hay mal que por bien no venga a condición de que el mal sea de otros y los sobrevenidos bienes sean nuestros. Europa está respirando gracias a la asfixia de Grecia, lo que confirma que cada uno va a su aire. En Atenas van a faltar piedras insignes para arrojárselas a Papandreu, que tras comprobar que Pitágoras no era ningún embustero, ha aprobado un nuevo plan de ajuste, pero en Bruselas están contentos. Saben que a las medidas de austeridad tendrán que seguir otras, más severas. Se trata de evitar el colapso y el caos de la zona euro. De momento hay cientos de heridos en el sitio donde los presocráticos, que preguntaban como niños, querían encontrar los rastros de la verdad. No hay ningún pueblo que dé saltos de alegría cuando se le ofrece ganar menos dinero y trabajar más, pero el 'sí' de Grecia ha aliviado la presión sobre España. Las Bolsas suben y la prima de riesgo baja.

Aprovechándose de que la Acrópolis se está quieta, el tenaz aspirante a presidente Mariano Rajoy ha hecho unas grandes ofertas de verano. Nada menos que 90 medidas de apoyo y todas a cien. Las más sugestivas son la ayuda a la vivienda, a la familia y a los empresarios, pero las más difíciles quizá sean las de bajar impuestos y darles 500 euros por hijo menor de tres años a sus progenitores. Una cifra que sumada puede ser de padre y señor mío.

Lástima que haya omitido decirnos de dónde saldrá ese dinero, pero todo se andará, ya que lo anunciado es solo parte de su programa de gobierno cuando llegue al poder. Los expertos en política interna dan por segura esa llegada, peo no nos cuentan en qué estado va a encontrarse el ganador. De momento, la elección de la capitalidad ha sido criticada, cuando no impugnada, por otras ciudades candidatas. Hace falta tener muy buena voz para cantar derrota.

Quizá sea un destino protestar contra la decisión inapelable, pero seguimos siendo una unidad de destino en lo universal y en lo nacional.