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Soldados de la OTAN acabaron con los talibanes. :: PEDRO UGARTE / AFP
MUNDO

Los talibanes se exhiben en la capital

El intento 'yihadista' de tomar el hotel Intercontinental de Kabul se salda con 21 muertos, entre ellos un piloto español

MIKEL AYESTARAN
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Golpe talibán en el corazón de Kabul. 21 nuevas víctimas, según el último balance del Ministerio de Interior afgano, para una guerra que se ha recrudecido desde que Barack Obama y sus socios de la OTAN anunciaron la semana pasada el repliegue de las tropas. Todos los fallecidos menos uno, afganos. El único extranjero, el piloto civil español Antonio Planas, que se encontraba alojado en el hotel Intercontinental a la espera de la salida de su vuelo previsto para la mañana de ayer. Es el tercer español que pierde la vida en Afganistán en las últimas 72 horas. Planas trabajaba para Saga Airlines, compañía de vuelos chárter con sede en Estambul que tiene alquilado un avión a la aerolínea nacional afgana Ariana, con dificultades para operar fuera de Afganistán por estar incluida en la lista negra de compañías aéreas.

La capital anocheció el martes con sonido de explosiones y disparos en el hotel Intercontinental y, tras casi diez horas de batalla, amaneció en silencio y con todo Kabul mirando a la colina en la que descansa este hotel desde hace 42 años. Una eterna noche de combates entre un comando ‘yihadista’, formado por nueve hombres, y las fuerzas de seguridad afganas, que precisaron del apoyo de un helicóptero y efectivos de la OTAN para poner fin al peor ataque que ha sufrido Kabul en 2011, también el más sofisticado y audaz lanzado sobre la capital en muchos años.

Chalecos de explosivos

Armados con subfusiles de asalto, granadas de mano y con chalecos de explosivos adheridos al cuerpo, los ‘yihadistas’ lograron burlar los controles de seguridad de un establecimiento frecuentado por extranjeros y autoridades afganas. Un lugar venido a menos en los últimos años tras la apertura de numerosas casas de huéspedes y, sobre todo, del hotel Serena en el centro de la capital, pero que seguía manteniendo una notable actividad.

El Intercontinental descansa en lo alto de una colina en el barrio de Karte Parwan, una zona residencial donde viven importantes cargos del Gobierno, como el vicepresidente Qassem Fahim. La carretera de acceso al hotel está vigilada por varios puestos de control, así que los ‘yihadistas’ optaron por subir campo a través y burlar la seguridad por el bosque de uno de los laterales de la colina. El portavoz talibán, Zabiullah Mujahid, se apresuró a reivindicar la acción que ligó con el encuentro que estaba previsto en Kabul para tratar la transferencia de la seguridad a las fuerzas afganas en las próximas semanas en siete zonas del país, entre ellas la propia capital. Es el primer gran ataque en la ciudad desde el atentado del mes pasado contra un hospital militar en el que al menos seis personas perdieron la vida y hubo decenas de heridos.

El presidente Hamid Karzai, que durante toda la batalla del Intercontinental mantuvo hilo directo con el ministro de Interior, Bismilá Mohammadi, condenó lo ocurrido y calificó a los agresores de «mercenarios terroristas». El portavoz del Ministerio aseguró que «la operación no se ha cerrado hasta las ocho de la mañana».

A esa hora el último terrorista vivo logró hacer estallar la carga explosiva en el interior del hotel asesinando al piloto civil español y a dos agentes de la Policía afgana, según el relato de Interior, que destacó que la investigación permanece abierta y se realiza una inspección minuciosa del hotel.