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Los servicios funerarios trasladan a las víctimas mortales el pasado lunes. :: LUIS CALABOR
ESPAÑA

El parricida de Portugalete no será imputado por asesinato

La Fiscalía de Vizcaya asegura que el autor de la muerte a golpes de su madre y de su hermano padece una psicosis severa

I. ALONSO / J. MUÑOZ
PORTUGALETE.Actualizado:

«Psicosis: trastorno mental generalmente severo que desorganiza la personalidad, incapacita psicológicamente al sujeto y lo desconecta del mundo real al tomar por verdaderas sus propias producciones mentales patológicas (alucinaciones, ideas delirantes, etc.). Otro rasgo distintivo del paciente psicótico es que carece de conciencia de enfermedad mental o 'insight', es decir, no se considera enfermo». Ismael Quesada, el joven de Portugalete (Vizcaya) que confesó haber matado el pasado lunes a su madre, Pilar Alonso, de 58 años, y a su hermano pequeño, de 11, utilizando una piqueta y un cuchillo, «padece una psicosis severa que le hace inimputable» por los dos crímenes, según informaron ayer a este periódico fuentes de la Fiscalía de Vizcaya. Es decir, lo más probable es que no sea condenado penalmente, sino que ingrese en un centro psiquiátrico. El detenido, que cometió los hechos un día antes de cumplir los 18 años, fue examinado por un forense, que apreció en su informe signos inequívocos de una dolencia mental grave, circunstancia que, sobre el papel y el derecho penal en la mano, impediría juzgarlo.

Las mismas fuentes explicaron que el perfil de Ismael, que ya es mayor de edad, no se corresponde con el de un psicópata, en cuyo caso sí hubiera podido ser acusado, sino que sufre una «enfermedad mental». De no haber sido así, un juez de Menores le podría haber impuesto una sanción máxima de diez años de internamiento en un centro y otros cinco de libertad vigilada, si bien podría haber cumplido una parte de la reclusión en una penitenciaría de adultos. En la actualidad se encuentra en la unidad de psiquiatría del hospital de Cruces, para ser conducido a un centro especializado.

Junto al análisis efectuado a Ismael Quesada por los forenses, también obra en poder del juzgado las notas manuscritas que el adolescente guardaba en su habitación encontradas por la Ertzaintza. En ellas detallaba su propósito de matar a todos los que vivían con él en la vivienda familiar, que además de su madre y su hermano menor, eran el padre y una hermana de 30 años, quienes se encontraban fuera de casa cuando cometió el doble crimen. Esta especie de diario también corroboraría la psicosis del adolescente, con narraciones fuera de la realidad e ideas inconexas.

La hipótesis de que Ismael perpetrase los asesinatos un día antes de cumplir los 18 años con el fin de ser juzgado como un menor y no como un adulto pierde totalmente fuerza. Y es que debido a la grave enfermedad mental que padece, su situación ante la Justicia hubiese sido la misma con 17, 18, 35 o 50 años.