La Ansiedad Generalizada, un trastorno combatible
Actualizado: GuardarEl Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), que afecta a un 6 por ciento de la población europea, es una enfermedad debilitante e incapacitante asociada con frecuencia a síntomas físicos y psíquicos que suelen padecer personas de entre 30 y 40 años y que afecta más a las mujeres.
Los pacientes presentan un cuadro de ansiedad y preocupación persistente y desproporcionado ante las situaciones cotidianas de la vida: «La sensación de hipervigilancia hace que la persona esté muy alerta, muy inquieta y muy preocupada por temas que no justifican esa preocupación», explica el doctor Javier García Campayo, psiquiatra, presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y coordinador Nacional de la Red de Investigación de Atención Primaria en Salud Mental.
Los síntomas
Los síntomas cursan con dolor muscular, irritabilidad, alteraciones del sueño y un gran número de síntomas somáticos (sensación de ahogo, diarrea, temblores, náuseas, mareos, sudoración, palpitaciones, taquicardia, molestias epigástricas, vértigo, cefaleas, sequedad de boca etc.) que dificultan el diagnóstico. Pero, ¿por qué surge este trastorno?
Hay una base biológica importante. Tenemos una parte en el cerebro, llamada el Locus Coeruleus, que es donde se localizan las neuronas que llevan la adrenalina. Cuando esa zona está hiperactivada, como ocurre en los enfermos de TAG, la adrenalina se libera en sangre produciendo todos esos síntomas de los que hemos hablado.
«Originalmente esto ocurría en el hombre primitivo, dado los múltiples problemas de supervivencia a los que se enfrentaba. El organismo liberaba adrenalina en sangre para que fuera un combatiente mucho más eficaz a la hora de huir o de enfrentarse a peligros continuos ocasionados por la cercanía de depredadores, por ejemplo. Pero ahora esto ya no es eficaz, con lo que el individuo lo sufre pero no le sirve para nada», explica García Campayo.
Influencia de la genética
Aunque haya una base genética que provoca que las personas predispuestas sean más vulnerables, si estas no tienen estímulos o experiencias negativas externas no lo padecerán. Mientras hay otras personas con menos factores de vulnerabilidad que sí sufren de ese entorno y eso les aboca a sufrir el TAG.
«En resumen, si la persona en cuestión no tiene unos problemas muy importantes en la vida es fácil que no padezca TAG, y al contrario. La genética lo que hace es modular un poco todo eso», matiza el experto. Una vez que aparece el TAG, pueden darse varios casos.
Tal y como explica el doctor García Campayo, en los casos leves conviene cambiar de estilo de vida, hacerla más relajada, practicar algo de yoga o de deporte, intentar disminuir el estrés producido por el trabajo, la familia, etcétera: «Con pequeñas modificaciones de los hábitos se suele solucionar» .
Si el caso ya sube en grado de importancia, suele ser necesario acudir a la psicoterapia que permite que lo que preocupa al individuo se viva de otra manera: «Por ejemplo, si los síntomas son causados por una preocupación como que el trabajo no va bien, la psicoterapia, en este caso una terapia cognitiva que es la que más se suele utilizar, te ayuda a que pienses: ‘Pues si pierdo el trabajo ya seré capaz de encontrar otro’.
Se trata de ir modificando en el paciente la forma de pensar en ello para que pueda enfrentarse al problema y superarlo», indica el experto mientras añade que hay un tercer estadio: «Si la gravedad es aún mayor se requerirá de un tratamiento farmacológico. En estos casos, el individuo lo está pasando tan mal que no es capaz de participar en esa terapia porque no es capaz de concentrarse en ella».
Tratamiento farmacológico
Dentro del tratamiento farmacológico, conviene remarcar que la Federación Mundial de Sociedades de Psiquiatría Biológica ha actualizado sus directrices de práctica clínica y recomienda pregabalina como tratamiento de primera línea para pacientes con trastorno de ansiedad generalizada.
La recomendación se basa en la eficacia mostrada en los ensayos clínicos y en la relación favorable beneficio/riesgo que presenta.
De hecho, los datos procedentes de los estudios demuestran que esta molécula proporciona eficacia rápida y sostenida para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada desde la primera semana de administración del medicamento, tanto sobre los síntomas psíquicos como en los físicos.
Además de pregabalina, la Federación Mundial de Sociedades de Psiquiatría Biológica recomienda como tratamiento de primera línea para el TAG, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotina (escitalopram, paroxetina y sertralina) y los inhibidores de la recaptación de serotina y noradrenalina (duloxetina y venlafaxina).