Los 'indignados' y el Defensor del Pueblo evitan la subasta de un piso por impago

Historia rocambolesca, pero real. El jerezano José Caballero, que padece una enfermedad degenerativa y tiene la invalidez total desde 2005, consiguió paralizar la subasta pública de su vivienda tras el apoyo recibido por el grupo 15-M Jerez y la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz.

Y es que el principio de la «pesadilla» de Caballero arranca en 2005, cuando sufre una enfermedad degenerativa llamada el síndrome de fatiga crónica. Ante tal eventualidad, Caballero pide a su compañía de seguros que se haga cargo de la parte de la hipoteca que le corresponde por contrato, aunque no se llega a un entendimiento y el juicio acaba de forma desfavorable para Caballero por un defecto de forma.

Así las cosas, el afectado tiene que hacer frente no solo a la subida de su hipoteca -1.000 euros-, sino también a las costas del proceso que hacen que de su nómina de 1.800 euros sean descontados todos los meses 400 euros.

Todo ello hace que la situación sea insostenible y sea el propio afectado el que comience una larga batalla legal que al final deriva en la subasta pública de la vivienda tras mandar muchos alegatos al banco para frenar el proceso.

En última instancia, la unión de crédito inmobiliario, tras el contacto mantenido con la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, terminó paralizando la ejecución de la subasta pública en la mañana de ayer y ha instado a Caballero a renegociar su hipoteca a la espera del juicio pendiente que tiene contra la empresa aseguradora privada, con la que contrató un seguro de vida y la que «no se hizo cargo de una parte de la hipoteca» cuando le diagnosticaron la enfermedad, según relata José Caballero tras conocer las últimas noticias en los juzgados.

Sea como fuere, Caballero asegura que seguirá luchando por lo que considera «una injusticia» y subraya que la entidad financiera que le concedió la hipoteca se ha negado a negociar en reiteradas ocasiones. Además, el propietario jerezano tiene claro que no abandonará su vivienda y que irá hasta las últimas consecuencias por los daños recibidos durante este tiempo.

Por otro lado, una veintena de activistas del 15-M jerezano apoyaron y acompañaron a José Caballero en las puertas de los juzgados. Un nuevo triunfo para el movimiento que seguirá actuando de manera activa tras el levantamiento del campamento en el Arenal.