Ciudad Real se moviliza para intentar evitar que el equipo juegue en Madrid
El presidente, Díaz de Mera, tiene decidido el traslado a la capital, "antes de que se llegue a una situación irreversible, porque ninguna empresa está dispuesta a unir su nombre al club"
CIUDAD REAL Actualizado: GuardarLos vecinos de Ciudad Real (75.000 habitantes) han empezado a movilizarse para intentar evitar que su emblemático club de balonmano, el Ciudad Real, abandone la capital manchega para jugar en Madrid a partir de la próxima temporada. "No al traslado del equipo a Madrid" y "Juntos podemos seguir soñando" son algunos de los lemas elegidos para salir a la calle y llamar la atención de los dirigentes del club, la ciudad y las instituciones públicas que durante los últimos años han aportado subvenciones a la entidad.
La segura marcha del equipo a Madrid está viviéndose como un drama social en una capital que en los diez últimos años pasó de carecer de un club deportivo mínimamente representativo a contar con un equipo de balonmano que ha hecho historia en España y en el resto del continente con tres Copas y Supercopas de Europa, dos Recopas, cinco Ligas Asobal y dos Copas del Rey, entre otros trofeos. El Balonmano Ciudad Real era, hasta ahora, el orgullo deportivo de esta ciudad y su principal embajador pues "ahora nos conocen en todo el mundo gracias al balonmano", apunta Pedro Lobo, de la peña 'El Megáfono', una de las más famosas de cuantas acuden al pabellón Quijote Arena. Pedro Lobo reconoce sentirse "resignado y desanimado" y no oculta su dolor por la mudanza del equipo. Un sentimiento que comparte con Jesús Muñoz, de la peña 'La Primera', para quien "el Balonmano Ciudad Real es ya una entidad más de la ciudad" y no se conforma con que se limite a entrenar en la ciudad manchega para jugar después en Madrid.
La culpa de la marcha del equipo la tienen cuatro millones de euros, la cantidad que, según el presidente del club, Domingo Díaz de Mera, es necesaria para seguir aspirando a títulos y que solo puede cubrirse con algún patrocinador de Madrid, "porque aquí ninguna empresa está dispuesta a unir su nombre al de Balonmano Ciudad Real". Si no lo han hecho antes, cuando las aportaciones económicas que se necesitaban eran pequeñas, no lo van a hacer ahora", asegura. Además, Díaz de Mera se queja de que la afición manchega había empezado a dar la espalda al equipo, pues la afluencia al pabellón y el número de abonados estaban cayendo y sus empresas son las que estaban cubriendo el déficit.
"Lo más sensato, antes de que se llegue a una situación irreversible, es buscar una solución que, desgraciadamente, pasa por buscar una población que tenga más posibilidades y esa población solo puede ser Madrid", sostiene este empresario que en 1999 construyó un equipo que ahora emigrará a la capital, como en los 50 y 60 del siglo pasado hicieron miles de manchegos.
¿El nuevo 'Atleti'?
La idea de Díaz de Mera es jugar en Madrid como un club independiente. Sin embargo, no oculta los contactos que ha habido con el Atlético de Madrid, dispuesto a llegar a un acuerdo con los manchegos para que los rojiblancos puedan recuperar la sección de balonmano que llegó a hacer historia desde los años 50 hasta 1992, décadas en las que consiguió siete Ligas y diez Copas, así como dos subcampeonatos europeos. En sus filas jugaron mitos como Domingo Bárcenas, el manchego Cecilio Alonso, Papitu, Melo, Juanón de la Puente o Mateo Garralda. El presidente atlético, Enrique Cerezo, quiere resucitar ahora lo que Jesús Gil hizo desaparecer por razones económicas. Su homólogo de Ciudad Real dice al respecto que "si se hace, será porque no interese".
La conversión del Balonmano Ciudad Real en el nuevo 'Atleti' no gusta ni siquiera a los seguidores manchegos más colchoneros, que prefieren seguir disfrutando de su equipo aunque baje el listón de sus objetivos por motivos presupuestarios. De hecho, los peñistas barajan la posibilidad de comprar los derechos de algún club de una categoría inferior para partir de cero y volver a la Liga Asobal aunque sea con el modesto fin de no descender. Incluso algunos se han mostrado dispuestos a aportar dinero de su bolsillo para que Díaz de Mera no se marche en dirección a Madrid.
La incógnita del pabellón
Otra incógnita que dejará la marcha del Ciudad Real es el futuro de su pabellón, el Quijote Arena, construido en 2003 exclusivamente para jugar al balonmano, algo inédito en España. Costó algo más de ocho millones de euros, de los que la Junta de Castilla-La Mancha sufragó un millón y medio; el Consejo Superior de Deportes, 1.200.000; el Ayuntamiento, 841.000; y la Diputación, 300.000. Un pabellón espectacular, levantado sobre suelo municipal cedido al club, con 5.259 asientos y con una pista de madera de haya prensada sobre una manta elástica.
"Pensar en un Quijote Arena infrautilizado o vacío es catastrófico", afirma Juan de Dios Román, exentrenador del equipo y actual presidente de la Federación Española de Balonmano. "Sería dramático para Ciudad Real perder el equipo, pero lo prioritario es evitar que el club desaparezca porque haría mucho daño al balonmano español", reconoce el extécnico pensando ya en un Balonmano Ciudad Real tan madrileño como los callos, el chotis o el 'Atleti'.