Sociedad

El juego de los imitadores

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Se llama Rodrigo Gonsález y hasta hace unos meses vivía ejerciendo su profesión de soldador en la construcción. Hasta hace también unos meses la admiración sin límites que sin duda profesa hacia Elvis era una cuestión que resolvía en la intimidad. A Gonsález, sin embargo, le pusieron un buen día en la calle y pensó que igual podía ganarse unos dólares explotando la figura de su héroe. Pero no es el único que ha tenido esa idea y las calles de Las Vegas están infestadas de gente sin trabajo que intenta buscarse la vida oculta bajo un disfraz. Por Strip, que así se llama la vía principal de la capital de Nevada, desfila estos días una variopinta multitud de imitadores de Elvis, Batman u Hommer Simpson. El fenómeno ha adquirido tal dimensión que los casinos han empezado a ahuyentar a los imitadores que se sitúan junto a sus locales. Jasón Pérez, que se disfraza de El Zorro, ha entablado un litigio contra un casino que ordenó a sus 'gorilas' que le detuviesen. «No se puede ignorar la libertad de expresión».