Adelanto y adelanto
Mariano Rajoy, sin duda espoleado por el resultado de su partido en los comicios del 22 de mayo, ha insistido con machaconería en el adelanto de las elecciones
MADRID Actualizado: GuardarMariano Rajoy subió a la tribuna del Congreso con un solo mensaje: Adelanto electoral ya. Un anticipo que fundamentó en un panorama aterrador de la economía española. No hubo más, salvo una leve referencia a Bildu para reafirmar su convicción de que no es más que una trampa de ETA.
El líder de la oposición, sin duda espoleado por el resultado de su partido en los comicios del 22 de mayo, insistió con machaconería en el adelanto de las elecciones. Mejor ahora, cuando el electorado está decantado con claridad a favor del PP, que dentro de ocho meses, que en política no es un tiempo despreciable, si bien es cierto que los socialistas tienen escasas perspectivas de levantar el vuelo. Pero Rajoy, gallego, no se fía. Ahora está el pájaro en la mano, y en marzo próximo no se sabe.
El presidente del PP, jaleado con entusiasmo por los suyos, se vino arriba a medida que avanzaba en su discurso de 40 minutos y llegó a la conclusión de que el único remedio que tiene España para salir de la crisis es el anticipo de las elecciones. Ni medidas ni reformas, urnas y tentetieso.
Para llegar a ese desenlace, pintó un lienzo negro. Todos los datos que proporcionó el Congreso fueron negativos en comparación a la herencia que recibió Zapatero en 2004. Pero al mismo tiempo deslizó un mensaje, el de que no vienen tiempos buenos aunque no gobiernen los socialistas y lo haga el PP. No se vendió como una panacea. Habrá, dijo, que ajustarse más el cinturón durante “muchos años” porque lo que aguarda será “una obra titánica”. No por su culpa o por las medidas que pueda adoptar su gobierno sino por el legado que dejará Zapatero. Eso se llama curarse en salud.