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ESPAÑA

Un menor asesina a martillazos a su madre y a su hermano en Portugalete

El autor, que hoy cumple 18 años, se entregó a la Policía tras acabar con la vida de la mujer, de 58, y de su hermano discapacitado, de 11

IVÁN ALONSO
PORTUGALETE.Actualizado:

Una mujer de 58 años y su hijo de 11 fueron asesinados ayer por la mañana en un piso de la calle Federico García Lorca de Portugalete (Vizcaya), presuntamente a manos del hijo y hermano de las víctimas, Ismael Quesada. El joven, de 17 años -aunque justo hoy cumple los 18-, usó al parecer un martillo con forma también de hacha para terminar violentamente con las vidas de Pilar, su madre, y de su hermano pequeño, de 11. La Ertzaintza aún investiga las causas del terrible homicidio dentro de una familia que llevaba cinco años viviendo sin mayores problemas en su actual dirección.

Eran aproximadamente las diez de la mañana cuando el número de emergencias 112 recibió una llamada de Ignacio Quesada, quien se había encontrado al volver a casa la puerta con abundantes manchas de sangre y una sierra en el descansillo. Ignacio salió temprano pero sin las llaves porque su hijo, el presunto homicida, se las había llevado hacia las seis de la mañana.

La Ertzaintza tuvo que acceder a la vivienda a través de las ventanas traseras. El espectáculo que se encontró allí solo puede ser descrito como una auténtica carnicería. Al parecer el presunto asesino habría matado a sus familiares con un martillo que tenía también utilidades de hacha, lo que habría producido heridas espantosas en los cuerpos. Las imágenes de paredes llenas de sangre y cadáveres casi descuartizados eran tan brutales que los agentes impidieron al padre acceder al interior de la vivienda. Poco después llegó al lugar del suceso una de las hijas, Raquel, de 30 años, desde el cercano centro comercial Ballonti, donde trabaja en una panadería.

Dolor y desesperación

La joven sufrió una crisis nerviosa, por lo que tuvo que ser atendida. «¡Yo ya sé quién ha sido!», exclamaba rota de dolor y desesperación mientras los sanitarios intentaban calmarla. La familia estaba compuesta por siete miembros, el matrimonio y cinco hijos, aunque ya solo tres residían en el domicilio familiar. Dos estaban fuera, una hija que vive y trabaja en Bilbao, y un hijo mayor que reside en París.

Sobre la una y veinte de la tarde, el presunto autor se presentó ante la comisaría de la Policía Local de Sestao, con el rostro desencajado, «y con la mirada perdida», como recordaban los agentes, y diciendo incoherencias pero con una frase muy clara: «He matado a mi madre y a mi hermano. He cometido una carnicería». Los agentes inmediatamente lo identificaron y detuvieron, y sobre las dos y cuarto de la tarde fue entregado a la Ertzaintza, que es quien está llevando adelante la investigación.

El homicida confeso que habría tenido unas notas que, en contra de lo habitual, dejaban mucho que desear. Según fuentes del instituto Zunzunegui, hasta seis suspensos figurarían en la cartilla de un estudiante calificado por un compañero suyo de los tiempos de Primaria como de «modelo». Si las malas calificaciones han sido el móvil del crimen es algo que solo la investigación dirá. Vecinos y conocidos aseguran que la familia no tenía, exteriormente, ningún problema. Nunca habían tenido peleas fuera de tono, ni huidas de casa de algunos de los hijos, ni estaban tampoco afectados por el paro. El padre, carpintero de profesión, estaba ahora prejubilado por motivos de enfermedad tras padecer problemas del corazón, y Pilar era ama de casa.