Una potente mina destroza un blindado y mata a dos soldados en Afganistán
Los 'Linces' sustituyeron a los BMR por su mayor seguridad, pero la fuerza de la carga era demasiado alta
MADRID.Actualizado:Dos militares españoles fallecieron ayer en Afganistán al explotar una bomba al paso de su blindado cuando realizaban una patrulla de reconocimiento. El atentado se produjo a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis, y en él resultaron heridos otros tres soldados. La mina se activó cuando el vehículo 'Lince' pisó el plato enterrado por la insurgencia en la peligrosa 'ruta Lithium'. La onda expansiva impactó de lleno en el lado derecho del blindado, donde viajaban las dos víctimas mortales: el sargento Manuel Argudin Perrino, que iba de copiloto, y la soldado Niyireth Pineda Marín, que viajaba en el asiento trasero.
Las primeras investigaciones apuntan a la explosión de una carga superior a los 20 kilos, similar a la que el pasado 18 de junio hirió a cinco militares en esta misma ruta. En esa ocasión la detonación se produjo debajo del vehículo y segó la pierna derecha del teniente que conducía el 'Lince' y la izquierda de la soldado que iba a su lado. Pero esta vez la suerte fue esquiva y la bomba afectó al lado derecho del blindado y acabó con la vida de los dos militares en el acto.
Se da la circunstancia de que ambas unidades pertenecían al Regimiento de Infantería Ligera 'Soria 9', perteneciente al mando militar de Canarias y con sede en Puerto del Rosario (Fuerteventura). Se trata del batallón más antiguo del Ejército y formó parte de la misión de Afganistán a finales de 2009. Entonces ya sufrieron en sus carnes la brutalidad del terrorismo con el atentado que mató al cabo Cristo Ancor Cabello. Este falleció al explotar una mina al paso de su vehículo, un blindado BMR, cerca de Herat. Precisamente, los vetustos BMR fueron sustituidos meses más tarde por los 'Lince' y su 'hermano mayor', los 'RG-31'.
Los tres heridos en el atentado de ayer fueron asistidos en el lugar por un vehículo medicalizado y, posteriormente, fueron evacuados en helicóptero al hospital Role 2 de Bala Murghab, donde se encuentran fuera de peligro. Se trata de los soldados Rubén Vázquez Herrera, que recibió diversas contusiones; Johny Alirio Herrera Trejos, que sufrió fracturas en piernas y probable rotura en un brazo, y Roi Villa Souto, con fracturas en ambas piernas.
Eran las 9.45 de la mañana, hora española. La patrulla atacada se dirigía del puesto avanzado de Ludina, al norte de Badghis, hacia la base de Qala-i-Naw, donde tienen su cuartel las tropas españolas. La columna estaba formada por siete vehículos, tres 'Linces' y cuatro 'RG-31', ambos especialmente equipados para repeler el impacto de los artefactos explosivos improvisados, conocidos como IED.
Ruta maldita
Tras una hora y cuarto de trayecto, el 'Lince' capitaneado por el sargento Argudin abría camino a la columna de blindados. Atravesaba una carretera polvorienta en una zona semimontañosa, a escasa media hora de Qala-i-Naw, cuando ocurrió la tragedia. Una mina de presión con el plato desplazado a un lado del camino y el explosivo enterrado en esa dirección les estaba esperando. De modo que cuando el 'Lince' la pisó con la rueda delantera derecha se accionó la carga, que impactó de lleno en el lateral del vehículo.
«Hace una semana salvaron su vida, hoy, por desgracia, no», admitió la ministra de Defensa Carme Chacón en una comparecencia en el Ministerio de Defensa poco antes de partir hacia Afganistán. La pasada semana, cosas del destino, había recordado que el blindaje antiminas del 'Lince', que se considera un vehículo muy seguro, había evitado «un mal mayor». Sin embargo, en esta ocasión el «elevado» volumen de explosivos y la dirección de la carga destruyeron el blindaje y acabaron con la vida del sargento Argudin y la soldado Pineda.
Chacón y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez, partieron anoche hacia la base de Qala-i-Naw para conocer de primera mano la investigación del atentado, visitar a los soldados heridos y repatriar los cuerpos de los fallecidos para su posterior sepelio. En el caso de la soldado Pineda, de origen colombiano, es factible que sea enterrada en su país de nacimiento.
La ministra tiene previsto reunirse, asimismo, con el coronel Sevilla, jefe del contingente, al mando de los 1.000 soldados presentes en Badghis (los 500 restantes están en la provincia vecina de Herat). Planea conversar sobre los plazos para el despliegue del Ejército afgano y la situación de las bases operativas avanzadas de Badghis, donde se han contabilizado una docena de incidentes desde el mes de marzo.
El atentado también llegó a la escena política, que expresó su pésame a los familiares de los fallecidos. El PSOE calificó de «despreciable» el ataque, que busca únicamente «minar los avances en libertad logrados por el pueblo afgano». El presidente del PP, Mariano Rajoy, envío un telegrama a Chacón en el que le trasmitía «el compromiso con los aliados al defender la seguridad de todos los españoles». Mientras, la izquierda parlamentaria, IU y BNG, pedía la retirada inmediata de Afganistán ante la «sangría insoportable» de víctimas y la ausencia de objetivos, según el diputado Gaspar Llamazares.