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El nuevo sitio ha permitido al Consistorio ahorrarse los stands. :: E. L.
Sociedad

Lectura contra el calor

La Feria del Libro de Jerez estrena formato y, aprovechando su retraso hasta el verano, se guarece en la Pescadería Vieja

GABRIEL ÁLVAREZ
JEREZ.Actualizado:

La crisis sacó la Feria del Libro de su tiempo natural para, desde el habitual mes de abril, enviarla a unas fechas en las que concluir que las temperaturas no invitarían precisamente a aposentar ningún empeño por los libros, por muy avezado que sea el lector, en la ardiente plaza del Arenal de finales de junio. También fueron las dificultades económicas del Ayuntamiento de Jerez las que alentaron abandonar la idea de instalar unos stands que cuestan 7.000 euros a las arcas municipales.

La sala de exposiciones de la Pescadería Vieja, noble instalación del centro cuya historia está cuajada de contacto con la cultura, dio respuesta a las dos necesidades que, en esta ocasión, generaba la difícil situación. Si, de un lado, aporta el alivio al calor exterior en verano -aunque no faltan libreros que aseguran las altas temperaturas del lugar elegido-, de otro, se ha conseguido evitar el gasto al que la tradicional ubicación en el Arenal obliga. Y, con todo, echan de menos la plaza los expositores.

La recién inaugurada cita, abierta hasta el sábado 2 de julio, está ya en marcha. Y abrió sus puertas con la presencia de Flamencos de Tombuctú (con librería en el Zoco de Artesanos), El Árbol de las Palabras (plaza de San Andrés), Luces de Bohemia (plaza Vargas), Librería Asidonia (librería diocesana con librería en calle Eguiluz), Enmanuel El Buen Pastor (de la Iglesia Evangelista), El Laberinto (calle Remedios), Bomarzo (junto al Campus de la Asunción) y el Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento.

Experimento nocturno

La Feria del Libro de Jerez 2011 abre sus puertas cada día de 11 a 13.30 h. y de 19 a 22.30 h. (viernes y sábados hasta las 23 h.). Y llama la atención esa prolongación hacia un horario nocturno sugerido ya que «como dijeron que la única fecha era junio, y teniendo en cuenta que las cinco de la tarde no era la mejor hora en pleno verano, propusimos al Ayuntamiento alargarla hasta la noche y que ese carácter nocturno aporte sabor novedoso», dice Agustín Cárdenas, responsable de la Librería Asidonia.

Han respondido los libreros habituales -«salvo la ausencia de La Luna Nueva», apuntan- aunque se suma la novedad de Bomarzo, una librería aún por abrir y que encuentra en la Feria del Libro una buena plataforma para iniciar su trayectoria. Alejandro Recio, responsable de este nuevo establecimiento, lo tiene claro: «Qué mejor oportunidad que darnos a conocer a los jerezanos en este acontecimiento», afirma con esperanzas.

Aunque la proximidad de esta librería con la sede universitaria le hará especializarse en el libro de texto necesario para las titulaciones que acoge el Campus de la Asunción, a la Feria ha llevado fundamentalmente una sección de libros infantiles y juveniles, clásicos de la literatura y obras en inglés y francés. Lectura refrescante, en cualquier caso, en medio de un nuevo formato que lo mejor que ofrece es, a juicio de muchos, «que la actividad no se perdiera», como afirma el propio Recio.