El soldado estadounidense Eric Kerr charla con el propietario de una tienda de Kandahar. :: EFE
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La vía intermedia de Obama no convence

El Ejército tacha de «arriesgada» la retirada de casi 30.000 soldados antes de 2012

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Su sopesado discurso a la nación sobre la retirada de tropas de Afganistán fue un ejercicio de equilibrio, uno más de los que vienen caracterizando su mandato desde que los republicanos se hicieron con el control del Congreso en noviembre. Solemne como requería el asunto que más preocupa a los estadounidenses tras la economía, Barack Obama puso por fin en marcha el cronómetro para finalizar una guerra que dura ya diez años, aunque a renglón seguido dejó claro que será muy vigilante para no tirar por la borda el terreno ganado a los talibanes en último año y medio. Unas conquistas que, paradójicamente, no habrían sido posibles sin los 30.000 soldados adicionales enviados por él en 2009, casi los mismos que serán devueltos a casa de forma escalonada antes de que finalice 2012.

A las serias dudas expresadas por expertos y militares de que el país centroasiático esté en condiciones en 2014 -fecha establecida para transferir el poder militar a las autoridades de Kabul- para enfrentar solo la amenaza talibán, Obama hizo bandera de la muerte de Bin Laden para argumentar que el país que sirvió como base para los ataques del 11-S ya no representa una amenaza terrorista. «El curso de los acontecimientos ha cambiado», dijo dando a entender que con Al-Qaida muy debilitada, el principal objetivo de la invasión parece al alcance de la mano.

La reducción de tropas, decidida tras un intenso debate interno, será más profunda y rápida que las recomendaciones hechas por los mandos militares. El máximo responsable del Ejército, el almirante Mike Mullen, respaldó ayer el plan en el Congreso pese a que reconoció que «es más arriesgado de lo que estaba dispuesto a aceptar».

En otra audiencia oficial, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, salió al paso de las críticas mostrando su acuerdo al 100% con las medidas del presidente. A su juicio, Obama ha sabido responder a los divergentes puntos de vista expresados por su equipo de seguridad nacional sin perder de vista las presiones recibidas para afrontar las imperiosas necesidades domésticas. Destacadas voces demócratas del ala izquierda del partido como la exportavoz de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, han lamentado la lentitud del proceso. Este grupo está más preocupado por el insostenible déficit público y la oportunidad de recortarlo echando mano del gasto militar que de las consideraciones de seguridad.

En cualquier caso, Obama no pasó por alto en su discurso que el cambio de ciclo en Afganistán está muy relacionado por el creciente malestar de la sociedad estadounidense por la marcha de una guerra sin fin que supone una constante sangría de recursos. «Ha llegado el momento de dar prioridad a la construcción nacional aquí en casa», señaló el mandatario consciente de que buena parte de sus posibilidades de reelección dependen de su habilidad para sortear estos grandes asuntos.

Buena acogida

El anuncio de Estados Unidos sobre el comienzo de la retirada gradual de tropas ha sido acogido de manera positiva por la mayoría de sus socios internacionales. El único en sumarse directamente a la iniciativa de Washington fue el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien anunció ayer una retirada de tropas de Afganistán de manera proporcional y con un calendario comparable a Estados Unidos. Con todo, el líder galo no ofreció cifras ni fechas concretas sobre el comienzo del repliegue de los casi 4.000 militares que tiene destacados.

Alemania ha sido por ahora el único país que ha anunciado una primera retirada ya para este año, mientras que los demás socios en esta operación internacional se reafirmaron en sus planes de comenzar a partir de 2012. Australia, con un número similar de soldados que España, reafirmó que su contingente se quedará en Afganistán hasta 2014, fecha barajada por EE UU para que las fuerzas locales puedan garantizar la seguridad del país por sí mismas.