La Policía china pone en libertad al artista disidente Ai Weiwei
Las autoridades ordenan su excarcelación después de que el escultor asumiera los cargos de evasión fiscal
MADRID / PEKÍN.Actualizado:La Policía de Pekín ha puesto en libertad bajo fianza al artista chino Ai Weiwei, debido a que «confesó sus crímenes», entre ellos la presunta evasión fiscal, según informó la agencia oficial Xinhua. De acuerdo con las autoridades chinas, la liberación del artista está relacionada con la colaboración que Weiwei ha mostrado al asumir los delitos cometidos y manifestar su promesa de resarcir al Estado pagando los impuestos que ha evadido. La Policía sostiene que descubrió que una compañía del artista, Beijing Fake Cultural Development, se dedicó a sortear al fisco y destruyó documentos contables de importancia.
A nadie se le oculta, sin embargo, que el disidente era un personaje molesto para el régimen de Pekín. Weiwei ha desafiado a la autoridad y ha subvertido el uso de objetos para dotarles de un nuevo significado, para lo cual no ha dudado en desmontar el orden establecido y las tradiciones. Hijo de un poeta represaliado y desterrado durante la Revolución Cultural, Weiwei se formó en Nueva York, donde descubrió el dadaísmo, a Andy Warhol y a Jasper Johns. El artista ha mantenido siempre una actitud desafiante con respecto al poder. Muestra de ello es la fotografía de su mujer, Li Qing, con la falda levantada ante el retrato de Mao, en la plaza de Tiananmen.
El lacónico despacho de agencia sostiene que otra de las razones para liberar al diseñador del estadio olímpico de Pekín, conocido como Nido de Pájaro, ha sido su enfermedad crónica, en alusión a la diabetes, y la hipertensión que sufre el escultor y fotógrafo. La mujer del Ai Wei Wei siempre ha argumentado que los cargos contra su marido se sostenían en falacias y ha insistido en que la empresa que gestiona el estudio de Ai está a nombre de ella y de su propiedad, extremo que no se compadece con el delito fiscal que se imputa al disidente.
Ai Weiwei fue apresado el pasado 3 de abril, en una de las mayores campañas de represión contra la oposición crítica al régimen. Amigos y familiares del artista adujeron que Weiwei, que ha expuesto en la Tate Modern de Londres, fue detenido por su hostilidad hacia el régimen.
El cautiverio del iconoclasta Weiwei ha desencadenado una reacción de solidaridad entre gobiernos de todo el mundo. Los ejecutivos de EE UU, Francia, Alemania, Taiwán, Australia y Japón, además de los países miembros de la UE y organizaciones de defensa de los derechos humanos, secundados por el mundo cultural y museístico, han hecho llegar a Pekín sus protestas por el desmán.
Brillante poeta
Nacido en Pekín en 1957, su padre, Ai Quing, está considerado uno de los más brillantes poetas chinos del siglo XX. Acusado de contrarrevolucionario por el régimen de Mao Zedong, el escritor sufrió el ostracismo en la región musulmana de Xinjiang, en el oeste del país. Eran tiempos duros, en los que el poeta, además de ser condenado al silencio, se vio obligado a limpiar letrinas. El espíritu constestario fue heredado por Ai, que repudió el arte oficial. No en vano, en 1979, fue uno de los fundadores del grupo de artistas Stars (Xingxing), cuyo propósito era subrayar el individualismo del creador frente a la uniformidad de las consignas de la Revolución Cultural. El colectivo se disolvió en 1983, hostigado por las autoridades y la mayoría de sus miembros dejaron el país. Es lo que hizo Weiwei, marchar a EE UU ante el desencanto que le inspiraba la asfixiante situación en China. En Nueva York conoció al poeta Allen Ginsberg, el pintor Keith Haring o el fotógrafo Robert Frank. En la ciudad de los rascacielos experimentó la fascinación por Duchamp y estudió a fondo el arte conceptual, el minimalismo y el arte pop. A su vuelta a Pekín en 1993, publicó varios libros clandestinos sobre la obra de artistas de su país. Fue entonces cuando tomó en la plaza de Tiananmen su famosa foto del puño cerrado con el dedo corazón extendido. Un ademán que repitió ante la Casa Blanca, en Washington, y en París y Berlín.