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CARTAS A LA DIRECTORA

Al sr. Loaiza

FELIPE SEGUNDO.
SAN FERNANDOActualizado:

Hace casi 2 años ingresó en prisión el cajero del Ayuntamiento de San Fernando, Clemente Ruiz. Seguramente sea el autor material del robo, pues así lo manifiesta la policía encargada de la investigación, dando con el paradero de casi 4 millones de euros. Es decir se sabe el origen y dónde fue a parar, otra cosa es que se pueda recuperar. De los 3,8 millones restantes ni rastro, puede que fuera la misma persona o no.

En todo este tiempo, ciudadanos y diversos colectivos exigieron que se depuraran responsabilidades política. Hicieron caso omiso y las urnas los puso en su sitio. Pero el tema del robo en el Ayuntamiento de San Fernando no ha sido y/o es, cosa de 2 funcionarios y los políticos de turno, también han intervenido supuestamente más funcionarios, como por ejemplo, el tesorero y el interventor, con un papel importante en esta situación.

El cargo de tesorero recayó, si no recuerdo mal, desde 2003 hasta 2006, en la persona de José Antonio López Fernández. Ya por esa fecha, todos los aquí implicados conocían que existía un descuadre, pero no hicieron nada al respecto. En el 2006, supongo que por los méritos obtenidos, el señor José Antonio López Fernández pasa de tesorero a interventor, y esto hasta el día de hoy. Y aquí viene lo gracioso del tema, es decir, desde 2003 hasta hoy, ha sido este señor quien ha estado al frente de la economía de todos los isleños, y así nos va. No olviden que ha sido el desfalco más grande en España de un Ayuntamiento. 1.300 millones de las antiguas pesetas, casi na. Y como diría una chirigota: 'Ole, ahí esta el tío'. Tenía el deber, entre otras cosas, de comprobar y verificar los arqueos diarios, vigilar la labor de sus inferiores a su cargo, elaborar las actas de arqueos al cierre del año y, según parece, no lo hizo. ¿qué hizo entonces? ¿ y por qué sigue en el mismo sitio?

Utilizando una comparación, les diré que en cualquier pequeña empresa que tenga un encargado y un trabajador, estos estarían automáticamente despedidos, aunque solamente hubiera robado el trabajador, pues el encargado tenía la obligación de controlar al compañero a su cargo.

Desde estas líneas, quiero pedirle al sr. Loaiza que por favor tenga la amabilidad, de por lo menos, cambiar de sitio al funcionario en cuestión, pues visto lo visto, no creo que sea indispensable en su cargo. Créame, sería bueno para todos los isleños.