El Guadalquivir no es un río andaluz
Actualizado: GuardarEl problema de querer que el Guadalquivir sea un río andaluz es que realmente ya no es un río. Si atendemos al presidente de la fundación Nueva Cultura del Agua, el Guadalquivir dejó de ser un río hace décadas y se ha convertido, gracias al abuso del regadío, en un canal de riego que lleva más agua en verano que en invierno. Pero como se puede pensar que las fundaciones las carga el diablo, confiemos en la definición del Ministerio de Medio Ambiente que, según dicen en su borrador del nuevo Plan Hidrológico, define al río como «masa de agua muy modificada». La pesca desapareció hace tiempo y la contaminación campa a sus anchas. Llegado el caso, la reclamación estatutaria andaluza se reduce a las competencias exclusivas de un simple canal de riego, amenazado por un dragado radical para que sea ruta de entrada de barcos de gran calado y con la vieja reclamación de la construcción de una presa cercana al Coto de Doñana para aumentar la capacidad de riego. Y eso se lo hacemos a un emblema cultural por el que nos partimos el pecho, qué no haremos a los acuíferos: ojos que no ven.