FRAGANCIA

Me llega un 'e-mail' con la noticia de que un perfumista español ha confeccionado una fragancia inspirada en Barack Obama. El autor de la proeza tiene además un balneario en tierras murcianas. Así que la película bien podría titularse: 'Obama y un señor de Murcia'. Y a partir de ahí, a dejar correr la fantasía... El perfumista en cuestión se llama Pedro de Leana y por lo visto todo comenzó cuando miembros del Partido Demócrata estadounidense le pidieron que creara un perfume para su jefe de filas. Querían hacerle un regalo personal, dijeron. No sé, pero eso de que tus subalternos estén tan interesados en regalarte colonia, y personalizada además, solo puede significar dos cosas. Una, que te tienen mucho aprecio. Y dos, que no saben ya cómo decirte que te ha abandonado el desodorante. En el caso de Obama, un hombre con pinta de aseadito, habrá que ponerse en lo primero. ¿Y a qué huele ahora Obama? La pregunta podría parecer tan etérea y pánfila como esa de a qué huelen las nubes. Pero no crean. Tiene su miga. De hecho, las nubes huelen. Las de áreas urbanas concretamente seguro que sueltan tremendo pestazo a dióxido de carbono y azufre. Al fin y al cabo, por muy arriba que suban, siguen estando en el mundo. En cuanto a Obama, según su perfumista, huele a «aura de poder». O sea, como le gusta que huelan los hombres a Carla Bruni (espero por el bien de los 'tres' que no coincida con él en un ascensor). Como mandamás del imperio es lógico que Obama exhale cierto aroma a poderío, incluso sin echarse perfume. Por otro lado, tal como está hoy el mundo (de corrupto) todo lo que huele a poder suele desprender un desagradable tufo a podrido. Pero pongámonos en lo mejor y pensemos que aquí se trata de poder del bueno. Una fragancia «que transmite la sensación de estar en la cima del mundo, pero con un toque bohemio», promete el perfumista. ¿Poderoso y bohemio a la vez? ¿FMI y 15-M en un mismo frasco? ¿Pero ya ha medido bien el grado de alcohol que le ha puesto a esa embriagadora colonia este hombre?