El Xerez se queda sin gol

El Xerez se queda sin gol. En apenas 24 horas el conjunto azulino ha perdido a dos baluartes del ataque en las últimas temporadas para la próxima campaña, complicándose el trabajo Emilio Viqueira que tiene ahora la difícil labor de encontrar dos referencias para la delantera, en caso de que el escueto presupuesto dé de sí. Antoñito y Mario Bermejo se despiden del club y de sus aficionados después de cuatro y tres temporadas respectivamente. Los jugadores, importantes el año del ascenso del equipo a Primera División, se van del Deportivo, uno al no haber convencido al nuevo técnico azulino, y el otro, al no haber querido aceptar la propuesta de renovación ofrecida por el club azulino.

Ayer, día triste de despedidas, tanto el sevillano como el cántabro optaron por despedirse de la afición a través de la letra impresa. Como ya adelantó ayer LA VOZ, Merino no estaba por la labor de contar con un Antoñito, que confirmó su salida del club al enviar un comunicado de prensa en el que emocionado decía adiós: «El número 8 de vuestra camiseta vestirá a otro futbolista la próxima temporada, Antoñito, se marcha de la forma que menos lo esperaba».

«Ha sido mi hogar»

De esta manera arrancaba un folio de tres párrafos en el que el delantero destacaba que, pese a nacer en Sevilla, «grabé el escudo que me vio crecer en mi corazón y lo he llevado conmigo donde he ido pero en el año 2007, una llamada cambiaba mi vida y me traía al que sin duda ha sido mi hogar». Para el que ha sido ídolo de la grada de Chapín, jugar «y vivir en Jerez me ha hecho grabar en mi corazón el escudo de un equipo, una ciudad y una afición que tanto para mi como para mi familia ha sido nuestra».

Eso sí, el ariete señala que soñaba «con despedirme de mi afición en mi campo, con mi equipo, mi camiseta, mis compañeros que al vez han sido mis amigos y pilares importantísimos en mi vestuario, en un día grande, para recordar, con el aplauso incondicional de los que nos acompañáis cada domingo sea cual sea el lugar en la tabla, con mi hija de la mano en el campo con su equipación de xerecista, la que ha vestido cada día de su vida para ver a su padre desde la grada acompañada de la mano de mi mujer, su madre».

El jugador no puede ocultar se decepción, ya que esa era «la despedida que yo soñaba, la que ellas, querrían haber vivido en una ciudad en la que quieren seguir viviendo y disfrutando con club que nos ha hecho soñar, por que esta ha sido mi casa, nuestra casa». Por contra, el delantero hispalense da las gracias «a todos los que habéis estado junto a nosotros en buenos y malos momentos, gracias a la prensa de esta ciudad, gracias a mis compañeros, cuerpos técnicos, gracias Emilio, Moreno y Mendoza por ser siempre amigos, gracias a este escudo, a esta afición, a los que no entendéis mi marcha y a los que la habéis pedido, gracias a todos y cada uno de los que me habéis hecho grande y habéis hecho a mi familia feliz». Para acabar, Antoñito señala emocionado que su corazón «estará siempre en Chapín, dando fuerza a este equipo, que ha sido y seguirá siendo mi equipo».

El «orgullo» de Mario

«Estoy orgulloso de haber defendido la camiseta del Xerez y haber participado en el hito más importante de su historia». Mario Bermejo se presentaba ayer como nuevo delantero del Celta de Vigo, pero usaba Facebook para despedirse de la que ha sido su afición en los tres últimos años. El delantero centro santanderino publicaba en su perfil que «aunque ahora defienda a muerte los colores de mi nuevo equipo siempre seré xerecista y llevaré a los jerezanos en mi corazón. Gracias por todo». Corto y escueto mensaje de uno de los goleadores más importantes del Xerez en los últimos años. Una media de once goles por campaña aproximadamente para un jugador que fue presentado en la mañana de ayer como nuevo jugador del Celta de Vigo, una vez que rechazara la oferta de renovación presentara por la entidad azulina. En su puesta de honor, el cántabro aseguraba que lleva «ya dos ascensos y no hay dos sin tres, ojalá este sea el tercero», y destacaba que tenía la «posibilidad de renovar en el Xerez, pero mi primer contacto me ilusionó mucho pese a que mi intención no era salir de allí. Luego estos días se habló de una manera más seria, más directa, y ahí fue cuando he tomado esta determinación de venir a Vigo. Mi fichaje ha sido sencillo».

Así, sin lágrimas ni puestas en escena, el Xerez dice adiós a 57 goles, 219 partidos y más de 10.000 minutos de goles, trabajo y duende.