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conflicto laboral

El Ayuntamiento prevé activar el plan de emergencia por la huelga

Piden un esfuerzo negociador a la empresa de la basura y la plantilla

M. J. Pacheco
JerezActualizado:

Altas temperaturas con picos de hasta 33 grados y basura acumulada. Ésa es la mezcla explosiva a la que se enfrenta desde ayer la ciudad de Jerez tras el inicio a las seis de la mañana del martes de la huelga de la plantilla de la concesionaria del servicio de recogida de basura y limpieza viaria, Urbaser.

A las seis de la mañana, sin ningún tipo de incidencia, comenzaron a funcionar ayer los tres únicos camiones que van a recoger los residuos de puntos muy concretos como los colegios, centros sanitarios, centros cívicos y el Mercado de Abastos. Trabajaron a lo largo del día, porque en la plaza por ejemplo no se llevaron la basura hasta pasadas las cuatro de la tarde. Pero como ya había advertido el presidente del comité de empresa de Urbaser, Juan Manuel Cazalla, fueron los únicos restos que acabaron en el vertedero, mientras que el resto de los residuos que se iban produciendo ayer, a un ritmo ya calculado de 300.000 kilos al día, se iban a acumulando primero en las zonas comerciales y de hostelería y luego en los contenedores de los barrios.

También el recorte en la limpieza viaria, que apenas será un 20% del servicio habitual, se dejó notar en las calles, especialmente las más céntricas donde las papeleras repletas de restos aparecieron ayer a primera hora volcadas en el suelo, una acción que muchos achacaron a los piquetes pero que se negó desde el comité de empresa.

Sea como fuere, y aunque apenas habían pasado unas horas desde el inicio de la huelga indefinida, el parón en el servicio de recogida de basura en una ciudad tan populosa como Jerez es causa de alarma desde el primer día, por eso ayer la alcaldesa de la ciudad, María José García-Pelayo, compareció ante los medios para valorar la situación y explicar las gestiones que se están realizando al respecto.

A este respecto, García-Pelayo no ocultó la grave situación a la que se enfrenta la ciudad por estas protestas, y recalcó que el comité de coordinación del gobierno local (formado por ella misma, el delegado de Urbanismo, Antonio Saldaña; la delegada de Medio Ambiente, Felisa Rosado; y el delegado de Personal, Javier Durá) ya se ha reunido para tomar decisiones y prever futuras acciones.

En este sentido, la regidora dejó claro que van a sopesar bien la cuestión y no se van a tomar «medidas precipitadas», pero también recalcó que el Ayuntamiento está dispuesto a activar en diversas fases el Plan de Emergencias Municipal o incluso impugnar los servicios mínimos fijados en caso de que sea necesario si la huelga se prolonga y la acumulación de residuos se empieza a desbordar.

La alcaldesa insistió en que «se dará margen al diálogo» y no se interferirá dentro de lo posible en las negociaciones entre plantilla y empresa sobre el convenio colectivo, pero también apuntó que ya ha hecho un primer contacto con la consejera de Salud, María Jesús Montero, para informarle de la situación en la que se encuentra Jerez y para trabajar de la forma más coordinada posible en caso de que se detectara una emergencia sanitaria que implicara una actuación que fuera competencia de la Junta.

La nueva alcaldesa, que en su segunda semana de mandato ya se ha enfrentado a uno de los conflictos laborales más graves de las últimas décadas, informó de que en un intento por tratar de acercar posturas y mediar en el conflicto había mantenido una reunión en torno a las seis de la mañana con los representantes sindicales de la plantilla de Urbaser, que también van a celebrar cada día asambleas a las 12 del mediodía y a las 10 de la noche.

Allí, García-Pelayo les dejó claro que están en su derecho de reclamar mejoras y luchar por conquistas laborales, pero sobre todo recalcó que «el Ayuntamiento no puede asumir esas subidas salariales como pretende la empresa». «No sería serio que diéramos el visto bueno cuando hay otros trabajadores que lo están pasando mal y tienen problemas para cobrar la nómina, como los de Acasa o Los Amarillos, lo mismo que la plantilla municipal», dijo.

Por eso, instó a las partes a hacer un esfuerzo negociador para lograr un entendimiento, y aunque no quiso dar ninguna pauta tampoco pudo dejar de afirmar que «pedimos un esfuerzo para quedarnos como estamos durante los próximos seis meses hasta que se haya puesto orden».

A este respecto, y después de que durante la jornada de ayer la dirección de Urbaser no hiciera ningún acercamiento, el presidente del comité profetizó que la huelga «va para largo», al tiempo que recalcó que los trabajadores están abiertos al diálogo pero con una la condición de que la empresa acepte pagar al menos una parte del IPC.