AMARILLO PANTONE

TOMAR VALCÁRCEL

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No es que esté a favor del movimiento «okupa», pero sí que me provoca admiración cuando un grupo de ciudadanos gritan «basta ya» y toman una plaza como forma de conquista. El acto que tuvo lugar el sábado pasado en Valcárcel ha provocado en algunos de nosotros una especie de esperanza de que las cosas pueden cambiar. Me llegó uno de esos mensajes al móvil informando sobre el movimiento, y pensé... es el momento. Ya son varios los años que este emblemático hospicio, tradicionalmente público, lleva sin usarse, cuando su emplazamiento es, cuanto menos, privilegiado, y su arquitectura civil barroca, espectacular, llena de connotaciones de austeridad y funcionalidad, que se pueden ver también en nuestra ciudad en edificios como la Aduana, sede actual de la Diputación gaditana.

Y hablando de la Diputación, qué pena ¿no? Qué pena que sea ésta quien precisamente tenga la intención de vender este enclave tan gaditano y tan valioso, a una empresa privada, ya sea a hotel o a otra cosa, que sí, que bien, podría ser un referente turístico importante, pero que da qué pensar cuando a menos de 200 metros se está construyendo un nuevo Parador Atlántico. ¿No es hora de cambiar esa parcela en el PGOU y mirar qué otros usos, dentro de lo público, puede tener nuestro hospicio?

Pero no olvidemos que aparte de Valcárcel también hay más edificios que, por una u otra razón, están a la deriva del paisaje gaditano. Puede parecer radical, pero ¿por qué no comenzar a hacer como el 15M e ir conquistando poco a poco esas «plazas» abandonadas, al fin proponer que se nos escuche y que, no ya reformar, sino habilitar estos espacios cubiertos y refugiar allí las intenciones o recoger poco a poco problemas y necesidades que nuestra pequeña ciudad tiene? Sería maravilloso que nuestros intelectuales hablaran y se pusieran manos a la obra. Es el momento, tomemos Cádiz para los gaditanos.