Un 'espejo de papel' para las tragedias del siglo XX
La Fundación José María Castañé atesora miles de documentos sobre los grandes conflictos bélicos y políticos del último siglo Un recorrido documental por los «atropellos masivos y la sinrazón»
Actualizado:Los 10.000 documentos y 9.500 fotografías que atesora la fundación José María Castañé son un espejo de papel de las grandes tragedias del terrible siglo XX. Durante décadas, su fundador y presidente ha buscado sin desmayo cartas, actas, comunicaciones, fotografías, carteles, libros de registro, y toda suerte de «papeles» ligados a los protagonistas de los grandes acontecimientos políticos y bélicos del último siglo. Del estallido de la revolución Bolchevique a los atentados del 11-S, sus archivos cubren una centuria jalonada de trágicos hitos para la humanidad. La caída de los zares, la Guerra Civil española, dos guerras mundiales, los horrores del Holocausto, el juicio de Nurembreg, el gulag stalinista, la Guerra Fría, las dictaduras comunistas, magnicidios como el de Kennedy o la caída del muro de Berlín tienen sus reflejo en los archivos Castañé. Especializada en documentos autografiados o rubricados por los protagonistas directos de la historia, atesora manuscritos de Stalin o Franco junto a los de personajes anónimos, víctimas de los campos de exterminio nazi o de la represión stalinista o franquista.
Interesado desde la adolescencia por los documentos originales que encierran la verdad de los hechos más relevantes de su tiempo, cuando su éxito profesional como empresario se lo permitió, José María Castañé comenzó a rastrear, localizar y adquirir documentos. «Ha sido una mezcla de suerte y tenacidad» explica Castañé en la sede de su fundación, un espacioso caserón en la calle Fortuny, en el corazón Madrid, por el que han desfilado historiadores e investigadores que estudian «los atropellos masivos y las sinrazones del siglo XX». Su pretensión es difundir el conocimiento y a Castañé le gustaría que su esfuerzo de tantos años sirva «para que los jóvenes comprendan que la paz no es automática». Que sepan que «el instinto de agresión está ahí» y que «hay que trabajara para que la paz perdure».
Ha recorrido Castañé todas las salas de subasta de Europa y Estados Unidos. Ha negociado con todo tipo de personajes para completar una colección única. Entre sus miles de documentos hay telegramas, discursos, actas, correspondencia, certificados, carteles, fotografías documentales y personales, manuscritos, dibujos, condecoraciones, o anotaciones procedentes de Alemania, España, EE UU, Francia, Inglaterra, Italia, Rusia, Israel, Oriente Medio y América Latina.
Tesoros
Entre sus «tesoros», el primer discurso de Harry S. Truman corregido por él a mano y radiado el 'Día de la Victoria', el 8 de mayo de 1945, o el del presidente francés Charles de Gaulle ante la Asamblea Consultiva, también en mayo del 1945. También el instrumento de rendición alemán de la segunda guerra mundial; las agendas de Churchill en Yalta y Teherán; una orden omnímoda rubricada por Lenin; el acta de la reunión del consejo de ministros del 7 de octubre de 1917 en el que Trostky se reveló dando paso a la revolución bolchevique o una carta de agradecimiento de Franco a Mussolini y a Hitler por la ayuda prestada a su causa.
Tan valiosa como curiosa es la carta de Iosef Stalin a su hija Svetlana en la que el temible dictador se pone tiernamente a las órdenes de su hija. Castañé extrae con delicadeza de su funda de plástico la cuartilla de un verde desvaído por el paso del tiempo con un texto escrito en caracteres cirílicos. El implacable y sanguinario dictador llama «gorrioncito» a su hija y se somete e sus caprichosos designios. «No me diste orden de contestarte, aunque lo hice. Te tengo miedo, gorrioncito» se lee en el chocante y tierno texto de un sátrapa a quien no tembló la mano para condenar a muerte a cientos de miles, quizá millones de seres humanos. El mismo Stalin que corrige e manolos editoriales de Pravda, según testimonia la colección Castañé.
Pureza aria
Otro documento tan singular como valioso es el original del expediente de pureza de sangre de Heinrich Himmler, dirigente de las letales SS que se remontó cuatro siglos para testimoniar mediante 350 antepasados la condición aria y sin mácula de los ascendientes del exterminador de millones de judíos, gitanos, homosexuales y discapacitados. El pulcro documente cuidadosamente encuadernado necesitó tres años de trabajo y cubre de 1530 a 1936.
Castañé calcula que, a precio de mercado, los documentos, muchos comprados en subasta, superarían hoy los cinco millones de euros.