«En la Ruta nadie se siente superior a nadie»
Miguel de la Cuadra Salcedo, director del proyecto dice que esta aventura “es muy positiva para personas como nosotros que vivimos en un empacho de bienestar”
TRUJILLO (PERÚ)Actualizado:Parece tener un pacto con el diablo. Miguel de la Cuadra Salcedo (Madrid, 1972 ) ha llegado al Perú sin su inseparable makila, un bastón tradicional del País Vasco utilizado tanto como herramienta práctica pero sobre todo como símbolo cultural de la autoridad y fuerza. Un policía en Barajas se lo confiscó por primera vez desde que viaja con él. El “navarro-vasco” como así se define, dirige por vigésimo sexta ocasión la Ruta Quetzal BBVA. En esta ocasión en una aventura “especial” para él por seguir en Perú y España a algunos de sus antepasados.
- ¿Cuál es el secreto para que en algo más de 72 horas de Ruta, los jóvenes ya se muestren como quien participa y conoce a sus compañeros desde siempre?
- Porque existe internet. El mundo está ahora globalizado. Los chavales inician la Ruta y muchos de se han conocido ya a través de las redes sociales. Se han enviado fotografías, se han escrito entre ellos. ¿Por qué esa química que se forma en la Ruta? Son la gente pura, huérfanos y olvidados de los partidos políticos, que, al estar limpios, buscan el camino, se descubren a sí mismos como los discípulos de Sócrates. La Ruta es muy positiva para personas como nosotros que vivimos en un empacho de bienestar. Los jóvenes descubren lo que es convivir en la austeridad, lo que supone ser felices teniendo pocas cosas. Este es uno de los objetivos con los que nació este proyecto educativo hace 26 años. Los chavales valoran lo que es su casa, las cosas que han tenido siempre y que nunca las han valorado. Son felices por tener agua cuando tienen sed, de tener esa agua potable que en el mundo es la frontera entre la vida y la muerte. Cuando regresan a sus casas después de 40 intensos días lo hacen siendo más maduros. Los jóvenes aprenden no solo a respetar otras civilizaciones sino a valorarlas, al convivir con compañeros de otras culturas, aprenden a respetar. Nadie se siente superior a nadie. La austeridad es lo que hace que la familia esté unida
- Esta Ruta es especial para usted.
- Sigo teniendo ilusión y eso es fundamental. Uno empieza a envejecer cuando la pierde y si la conservas puedes ser eternamente joven. Es cierto que ésta Ruta me llena de orgullo porque recordaremos la historia de mis antepasados en el Perú. Nunca había hablado de ellos hasta hoy. Visitaremos la casa en la que vivían en Lima y acamparemos, ya en Vizcaya, muy cerca de la casa de Juan Francisco de la Bodega y Cuadra, quien fuera oficial de la Armada Española, que navegando desde el puerto de San Blas, en México, entre 1774 y 1788, exploró la costa del Oceáno Pacífico llegando hasta Alaska, dando su nombre a la isla de Vancouver.
- Otra vez la relación entre vascos y América.
- Es muy importante saber que cuando los vascos vinieron a América eran biculturales y bilingües. Eso les hizo respetar más a los indígenas que el resto de los castellanos. Los inmigrantes latinoamericanos nos recuerdan cómo éramos, el valor de la familia, algo que todavía hoy sigue vigente en las casas vascas. Nuestros hijos van a las escuelas españolas y no aprenden nada de allá, sobre quiénes son los incas, los purepechas, los totonacas, los guaraníes. ¿Cómo pueden acabar su educación sin saber quiénes son ellos mismos? Es lo que busca la Ruta Quetzal.
- El embajador español en el Perú aseguraba esta semana en la recepción a la expedición en su residencia que la Ruta Quetzal es más positiva para unir culturas que cualquier inversión en cursos y seminarios.
- Y no le falta razón. La expedición al Perú no podía haber empezado mejor. Nunca antes un presidente de un país había impartido una lección magistral como la de Alan García en la recepción en el Palacio Presidencial. Se oía el vuelo de una mosca. El presidente fue capaz de trasladar y hacer entender a todos los chavales que el Perú no empieza en el Cuzco, en Machu Pichu, que hubo antes otras culturas desarrolladas. Conoceremos de dónde venimos.
- La UNESCO evaluará en su próxima reunión si Machu Pichu ingresa en la lista del patrimonio en peligro. ¿No cuidamos nuestro pasado?
- Es horrible. Hace no mucho estaban rodando una película y una de sus grúas tuvo un accidente. Acabaron destrozando uno de los elementos característicos del Machu Pichu. Algo hay que hacer. Si no cuidamos nuestro pasado no entenderemos nuestro futuro. Debemos cuidar y cultivar el respeto.
- ¿Lo estamos perdiendo?
- Ahora no hay respeto. En países como el Perú la familia se mantiene viva. Es la clave. Aquí, en el Perú, el hijo todavía hoy va donde se padre a que le dé la bendición. En nuestra sociedad la familia se rompe. Y es una desgracia porque las familias mueven los países. Debemos aprender de los inmigrantes que llegan a nuestro país, de esos que nos ayudan en las casas y cuidan de nuestro mayores y niños. ¿Qué hay mejor que un proyecto que une a jóvenes de más de doscientos jóvenes de 51 países?
- ¿Hasta cuándo el frente de la Ruta Quetzal?
- Por lo menos hasta el sexto centenario del descubrimiento de América (sonríe).