TALANTE
Actualizado:Vaya por delante que, en esta ocasión, he empezado a escribir este artículo dominicial en jueves. Es decir, con bastantes días de antelación a la fecha de publicación. La razón es bien sencilla: tenía bien claro sobre qué quería escribir y el mensaje que quería plasmar. Y que conste que en esta ocasión no tiene ningún mérito; los protagonistas me lo han puesto realmente fácil.
Cierto es que la legislatura acaba de empezar y que las cosas pueden cambiar mucho con el tiempo, sobre todo en una ciudad con los problemas y los antecedentes de Jerez. Pero también lo es que los que acaban de empezar a gobernar el Ayuntamiento han impuesto, de momento, un talante muy diferente al que existía antes. Términos tan empleados para referirse a la gestión de lo público en Jerez hasta hace unos días como crispación, tensión o soberbia pueden y deben sustituirse por talante y buenas maneras.
Han coincidido sindicatos, trabajadores municipales, empresarios y hasta algún que otro miembro de la oposición -aunque en este último caso lo hagan en voz baja- en señalar ya que algo ha cambiado con el nuevo gobierno local. Hacen referencia, precisamente a eso mismo: al talante. Y eso ya resulta bastante significativo, máxime tras lo vivido hasta hace escasas fechas en esta ciudad, en la que muchos, demasiados, tenían al Ayuntamiento y sus gestores en el centro de la diana de sus iras.
El nuevo equipo de gobierno se equivocará. Meterá la pata multitud de veces, seguro. Y entonces será el momento de criticarle. Porque todas esas buena maneras y el talante demostrados hasta el momento no suponen ninguna garantía de buena gestión, algo sobre lo que, por ahora, solo apuntan buenas maneras. Más que nada porque tampoco han tenido tiempo a nada más. Eso sí, al menos se han ganado un margen de confianza, que ya es mucho.
A partir de ahora, a la oposición le tocará ejercer su función, igual que a los sindicatos. Incluso a la prensa, que también debe jugar un papel crítico cuando corresponde, lógicamente. Pero sin fanatismos, algo que, desgraciadamente, sigue existiendo en Jerez. Porque los hay que no han tardado ni 24 horas en disparar toda su artillería contra el PP y el nuevo gobierno de la ciudad. En ocasiones, empleando argumentos que en el pasado no eran de recibo para ellos. Menos mal que no consiguen prender la llama de la crispación, que uno empieza a pensar que es lo que quieren.
P.D: Han pasado tres días desde el jueves y los acontecimientos desde entonces no han hecho más que reafirmarme en mi opinión. Espero que el talante y las buenas maneras de los que acaban de entrar en el Consistorio no sean solamente un espejismo y desaparezcan con el tiempo, que todo puede ser. Ni que tampoco lo sea esa apuesta en apariencia decidida por la transparencia.