SAFARI DE DIPUTADOS
Actualizado: GuardarLas excursiones de caza, solo posibles cuando no hay cotos de caza, están transformando la costosa democracia en una selva donde nadie tiene que pagar peaje. El 15M ha desvirtuado su esperanzador inicio y se está convirtiendo en una turba radical dispuesta, no sabe bien por quién o por quienes, a sitiar el Congreso y el Parlament de Cataluña. Algunos padres de la patria han tenido que entrar a su trabajo, que siempre se realiza a ras del suelo, en helicóptero, oyendo como la gente se defeca en sus progenitores. Algunos de ellos fueron insultados, pero a otros los agredieron. Los 'indignados' no distinguen, no saben dónde poner su indignación. ¿En dónde dejarla? Ese abultado paquete de justos resentimientos no lo admiten en consigna y hay que llevarlo a cuestas. ¿Qué está pasando? Lo único que sabemos es que todos lo vamos a pasar canutas.
No es sólo una anécdota que al admirable alcalde de Madrid le hayan sitiado las hordas enfurecidas cuando sacaba a mear a su perra. Le acompañaba su familia, siempre más fiel que algunos concejales. También iban con él ideales. No tuvo peor suerte que los colegas suyos catalanes, pero todo fue muy desagradable. Los bestias unidos jamás serán vencidos, a no ser que surja uno mayor que decida meterlos en vereda para terrible escarmiento duradero de quienes no tenemos la menor culpa.
Le han tirado un jarro de agua fría a Cayo Lara, que tiene nombre de procónsul romano, y a Ruiz-Gallardón lo han insultado a domicilio, lo que prueba que el rencor tiene diversas ideologías. Cuando la gente no tiene con quién pagar sus agravios decide pagarlos todos juntos. La turba, que nunca debe confundirse con el pueblo, la ha emprendido con los políticos. Ojalá no quieran matarlos y se conformen con hacerlos prisioneros. La autoridad está siendo el gran ausente y así no se puede vivir. Mejor una mala, incluso pésima, que ninguna.