La Generalitat pide un «castigo ejemplar» contra la 'kale borroka'
La Fiscalía abre una investigación para determinar si hubo coacciones a los diputados en el asedio al Parlament de Cataluña
BARCELONA.Actualizado:«Cafres», «violentos camuflados de pacifistas», «guerrilleros urbanos», «profesionales del incidente» y «practicantes de la 'kale borroka'». El Govern catalán cargó ayer con dureza contra los jóvenes indignados que el miércoles asediaron durante horas el Parlament y agredieron y amenazaron a varios diputados autonómicos.
Según el consejero de Interior de Cataluña, las fuerzas de seguridad se enfrentan a nuevos métodos cada vez más sofisticados de violencia urbana. Solo son una minoría, que actúa tanto en una manifestación de los sindicatos como en una celebración del Barça, pero el número de activistas crece, están más organizados, son más agresivos y bajo la «falsa apariencia de una resistencia pasiva» el miércoles cometieron un «atentado» contra la democracia y sus instituciones, dijo Puig.
«Había feroces ganas de batalla campal», expresó. Estos nuevos procedimientos de guerrilla utilizan las nuevas tecnologías y obligan a un dispositivo más dinámico y de gran complejidad, según el consejero. «Las informaciones que se iban dando eran conocidas por los violentos de forma instantánea, de manera que el operativo era cada vez más difícil», expuso. Puig arremetió además contra la prensa, a la que acusó de filtrar a los violentos la forma en que los diputados accederían al Parlament, y negó que la Policía se infiltrara entre los violentos para provocar los altercados como mantenía un vídeo que circuló todo el día por la Red.
El president de la Generalitat, Artur Mas, también fue contundente con el grupo que sembró el caos frente a la cámara catalana. El sitio del Parlament fue «un acto de 'kale borroka' (violencia callejera)» y «de extrema violencia» que fue protagonizado por «cafres», señaló. «Del pacifismo del movimiento se pasó a la violencia, la intimidación y la coacción», remató.
El Govern catalán, eso sí, admitió errores en el dispositivo policial, que a su entender se quedó corto y subestimó los métodos y la violencia de los protestantes. «No fuimos capaces de defender en todo momento la integridad de todos los diputados», señaló Puig que también dará explicaciones en el Parlament, donde defenderá que es necesario ampliar el número de agentes antidisturbios. No obstante, aseveró que se cumplieron los objetivos: no hubo acampadas y el pleno de presupuestos se celebró. La oposición de PSC, ERC e ICV calificó el dispositivo de 600 agentes insuficiente.
Más detenciones
Artur Mas pidió además un «castigo ejemplar» para los autores de la algarada y anunció que en breve habrá más detenciones. Al cierre de esta edición, había siete arrestados, uno más que el miércoles, y otras diez personas más habían sido identificadas por los Mossos por su participación en los disturbios. Entre los apresados, se encuentra uno de los cabecillas, veterano activista antisistema entrado en la cuarentena, que ha sido detenido en varias ocasiones por otros altercados.
La Fiscalía de Barcelona anunció asimismo que ha abierto diligencias para investigar lo acontecido en el Parlament y determinar si los violentos cometieron los delitos previstos en los artículos 494 y 498 del Código Penal, que prevén penas de hasta cinco años de cárcel para aquellos que empleen la fuerza, la violencia o la intimidación para impedir a un diputado asistir a un Parlamento.